El reloj despertador Ramos no tiene piedad: está diseñado para que la víctima ( perdón, el usuario ) tenga que salir de la cama e introducirle un código PIN en su panel inalámbrico de 12 dígitos para silenciar el timbre.
Claramente dirigido a personas de sueño pesado ( con tendencias masoquistas ) que ya lo han probado todo sin éxito, los fabricantes del reloj sugieren colocar el panel de código PIN lo más lejos posible, como por ejemplo en la habitación contigua.
El reloj es de madera y con un diseño retro y cuenta con un teclado inalámbrico en el cual el pin puede incluso ser programado para que el código tenga que ser ingresado en varias ocasiones para lograr que el timbre se apague.
Se presenta en tres modelos: uno stándard de mesa, uno de montaje vertical y un tercero que es una versión a la medida ( segùn las propias especificaciones del comprador ) y está alimentado por una batería de 9 voltios.
Incluso ha encontrado una solución al viejo truco de cambiar la hora de la alarma un tiempo hacia delante, y puede ser programado para bloquear esos intentos, impidiendo cualquier alteración en la hora a menos que el usuario vuelva a ingresar un código de seguridad.
Sin embargo, un viso de piedad asoma en el llamado "periodo de gracia “, donde la alarma se corta después de 10 segundos y espera un minuto antes de activarse de nuevo, esta vez sí, para no detenerse jamás.
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