Un sismo de 5,8 de magnitud con cuatro réplicas sacudió los edificios de Christchurch, la segunda ciudad en importancia de Nueva Zelanda, que ya había sufrido las consecuencias del anterior sismo de magnitud 6,3 de febrero pasado, que mató a 182 personas ( anteriormente, en setiembre de 2010, otro poderoso terremoto había sacudido la región, con una escala de 7,1 ), todos de poca profundidad, lo cual lo tornan mucho más destructivos.
En este caso, por el momento no se han reportado víctimas fatales aunque los científicos volvieron a augurar un futuro sombrío para la ciudad, al advertir que se deben esperar movimientos telúricos violentos similares durante los próximos cuatro años.
Nueva Zelanda es muy propensa a los terremotos ya que está atravesada por el límite entre las placas tectónicas del Pacífico, la de Australia y la de la India.
El límite se encuentra al este de la Isla Norte y cruza hacia el oeste de la Isla Sur.
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