Vesta es el segundo objeto más grande del cinturón de asteroides - 320 kilómetros de ancho - y está siendo investigado un robot 'inspector' de alta tecnología, la sonda Dawn, que se alimenta por propulsión de iones en lugar de combustible convencional y que luego se trasladará al mayor de los asteroides, Ceres, donde arribará en 2015.
La nueva data enviada esta semana por la sonda revela un cuerpo más cercano a las características y propiedades de un planeta que de un asteroide, y los científicos lo han catalogado provisoriamente como un "órgano de transición" entre los dos.
Las últimas fotos de la NASA muestran cráteres de impacto similares a las de nuestra luna en gran parte de su superficie, canales y gran variedad de minerales.
"Vesta es diferente a cualquier otro asteroide", declaró el científico Vishnu Reddy, del Instituto Max Planck para Investigación del Sistema Solar en Alemania. Los nuevos descubrimientos fueron presentados en una reunión de la American Geophysical Union en San Francisco.
En la imágen obtenida por la cámara de encuadre a bordo de la nave espacial Dawn de la NASA se muestra el hemisferio sur de Vesta ( la cuenca Rheasilvia ) y los diferentes colores reflejan diferentes minerales ( ver foto al inicio de este post ).
"Vesta es diferente a cualquier otro asteroide", declaró el científico Vishnu Reddy, del Instituto Max Planck para Investigación del Sistema Solar en Alemania. Los nuevos descubrimientos fueron presentados en una reunión de la American Geophysical Union en San Francisco.
El agujero negro en el centro son los datos que se han omitido debido al ángulo entre el Sol, Vesta y la nave.
El estudio de los asteroides se ha iniciado con el objeto de determinar si pueden ser utilizados como peldaños hacia Marte, en lugar de utilizar la Luna como se planeaba hasta ahora.
La colina de Vesta tiene por el momento características misteriosas: los científicos pensaron en principio que se trataba de un volcán, pero no se han detectado síntomas de flujo de lava o restos de depósitos volcánicos, además de presentar una llamativa simetría.
Hace más de 5.000 años, la civilización sumeria explicó el cinturón de asteroides como los restos de una de las dos mitades de un gran planeta llamado Tiamat, el cual fue colisionado millones de años atrás por otro planeta de dimensiones gigantescas, Nibirú/Marduk, considerado el 12° integrante de nuestro sistema solar aunque con una órbita elíptica que tarda 3.600 años en cumplirse.
De esta colisión ( frecuentes en la arquitectura del universo ), que provocó un profundo entrelazamiento entre los ADN de ambos cuerpos celestes, sobrevivió como una unidad la mitad del planeta Tiamat quedando ubicado en una nueva órbita alrededor del sol favorable para el desarrollo y mantenimiento de la vida tal cual la conocemos, convirtiéndose en el tercer planeta del sistema: La Tierra.
De la representación de este "cruce" intergaláctico que constituyó el verdadero orígen primigenio de la vida surgió el símbolo de la cruz ( luego distorsionado en su significado y reclamado falazmente como propio por muchas religiones, incluída la católica ), y Nibirú fue bautizado como "El Planeta del Cruce".
Que Vesta mantenga características más cercanas a un planeta que a un asteroide parece confirmar estos milenarios textos.
La colina de Vesta tiene por el momento características misteriosas: los científicos pensaron en principio que se trataba de un volcán, pero no se han detectado síntomas de flujo de lava o restos de depósitos volcánicos, además de presentar una llamativa simetría.
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