Han pasado nueve meses desde el catastrófico maremoto con tsunami que sacudió Japón y desencadenó una desgracia aún peor para los japoneses: descubrir que los encargados de administrar seguridad en sus plantas nucleares eran unos absolutos ineptos, y que sus gobernantes, ante tal fatalidad, no sólo los abandonaron a su suerte, sinó que se alinearon automáticamente en hipócrita complicidad con los tristemente célebres funcionarios de la inolvidable empresa llamada TEPCO.
Como ya nos cansamos de repetir en este blog desde el inicio mismo de la crisis ( cuando todos los demás minimizaban ingenuamente la situación ), Fukushima es el peor desastre nuclear en la historia de la humanidad, mucho peor que Chernobyl, debido nó a causas naturales, sinó al “paralítico” administrador de la seguridad de la planta, por inacción y torpeza, y eso, todavía, no es lo peor: lo peor es que este es todavía UN DESASTRE EN CURSO, o sea que aún no está ni mínimamente bajo control, continúa liberando radiactividad permanentemente a la atmósfera y se encuentra muy lejos de finalizar, pese al marcado desinterés que han demostrado últimamente los medios de comunicación.
UN HÉROE ENTRE LOS COBARDES
En el desastre de Fukushima cabe destacar lo siguiente: si hubo un “héroe” en esta crisis fue el consorcio tecnológico General Electric, fabricante de los reactores de la central japonesa.
La excelente calidad y las previsiones exageradas de seguridad con las que contaban estos viejos equipos no sólo contrastaron con la desidia e ignorancia de la TEPCO, sinó que se convirtieron en los únicos elementos serios de contención de un desastre que, de lo contrario hubiera sido monstruosamente mayor, pudiendo originar incluso el tan temido “síndrome de china” ( incluso soportaron y aún soportan estoicamente la degradación de la salinidad del agua de mar que les fue bombeada ).
ALEMANIA SE BAJA. SIEMENS TAMBIÉN.
Los alemanes parecen ser el único país del mundo nuclear que ha tomado conciencia real de la catástrofe japonesa: el pasado domingo Siemens anunció que se retirará completamente del negocio nuclear, en total consonancia con la clara posición adoptada por la sociedad y los políticos de su país, renunciando por completo al uso de la energía nuclear para 2022 elevando hasta el 35% la producción de energía procedente de fuentes alternativas y ecológicas hasta 2020.
CRONOLOGÍA DE LOS ÚLTIMOS MESES
Hace pocos días, se inauguró un recorrido virtual de 360° de la zona afectada a través del Google Street View, que ha proporcionado una visión realista de la devastación provocada por el desastre natural al resto del mundo: kilómetros de carreteras destruídas, edificios vacíos, montañas de escombro y deshechos que van aumentando al aproximarse al mar.
Todo transmite la previsible perspectiva de que Japón ya no volverá a ser el mismo por varias generaciones.
Pero por más sobrecogedor que sea el cuadro, lamentablemente no es lo peor en ciernes: mientras la crisis nuclear continúe en curso, seguirá siendo ésta la principal espada de Damocles que pende sobre las cabezas niponas.
DENUNCIA DE FISION DE URANIO
Una vez más tenemos aquí un aterrador ejemplo de cómo “trabaja” la abominable TEPCO: a mediados de octubre había anunciado públicamente, con su acostumbrado caradurismo, que los reactores ( TODOS, incluso el más conflictivo Nro.2 ) habían entrado en una fase fría y que la empresa (¿?) esperaba mantener ese estado hasta finales de año ( es decir: traducido al español, estaban rezando para que todo continúe así porque otra cosa no son capaces de hacer ).
¿En qué basaron sus declaraciones? ¿en estudios y mediciones científicas?. De ninguna manera: estos son inexistentes en esta “empresa”.
Simplemente vieron que durante un mes los reactores se mantenían con temperaturas debajo de los 100 grados ( porque sí, por milagro o por la General Electric, nó porque ellos hayan hecho algo para enfriarlos, salvo arrojarles agua - que lo puede hacer también un niño – y que para colmo ha terminado complicando el cuadro como veremos más abajo ).
Pues bien: al poco tiempo, en el segundo reactor se produjo la FISIÓN POR LA REACCIÓN EN CADENA DEL URANIO, detectados por la existencia de isótopos característicos en el aire y la densidad de los muy venenosos gases xenón-133 y xenón-135 en el interior.
TEPCO declaró entonces que estaba realizando trabajos de urgencia para reducir los efectos de la reacción inyectándole ácido bórico, que equivale a decir que estaban tapando la tierra con una alfombra.
ESCAPE DE AGUA RADIACTIVA
Las aparentes “filtraciones” o escapes de agua radiactiva por los rajados muros de la sala de purificación de la planta nuclear han sido varios y bastante voluminosos ( la última fuga registrada fue de 50 toneladas ), y por supuesto, han ido a parar directamente al mar, desde donde los japoneses deberán acostumbrarse a ver aparecer horrendas mutaciones en toda su flora y fauna.
Y decimos "aparentes" porque no descartamos que en algunos casos sean “sueltas” intencionales de la TEPCO por no tener suficientes envases contenedores para seguir acumulando deshechos tóxicos.
El flagrante cómplice de TEPCO, el primer ministro Naoto Kan y todo su gabinete, le otorgó un préstamo multimillonario en dólares: 12.800 millones ( que por supuesto, jamás devolverán y que pagarán todos los japoneses ) antes de renunciar junto con toda su plana mayor y huir, como ya lo anticipamos nosotros unos meses atrás.
TEPCO, teniendo ya asegurado el dinero para afrontar los reclamos judiciales ( algunas demandas por ineptitud son de sus propios accionistas ), y continuando con el maquiavélico plan gradualista conjunto con el gobierno que también anticipamos hace meses, se declaró responsable de la fuga de radiación de la estación y presentó sus excusas a través de Masao Yamazaki, confesando que la escala del tsunami fue mayor de lo que esperaban.
Toda la plana mayor de TEPCO y el ex gobierno han demostrado no tener ni un micro-gramo del proverbial honor japonés, además de un conocimiento absolutamente nulo sobre seguridad nuclear.
Cabe recordar también que hace tres años se elaboró en Japón un estudio de protección en el que se planteó la hipótesis de que un devastador tsunami de 10,2 metros golpeara a la central, y la inefable Tokyo Electric Power concluyó entonces que la posibilidad "no era realista" y descartó mejorar los sistemas de protección.
El descontrol radiactivo asesinó el suelo, la flora, la fauna, el aire, y el agua además de una cantidad todavía incalculable de inocentes ciudadanos ( miles de niños incluídos ) que si al menos hubieran sido evacuados a tiempo ( fueron literalmente abandonados en el momento más radiactivo y peligroso ) y a distancias preventivas seguras ( se evacuó un radio de sólo 30 kilómetros, que equivale a la nada!! ) habrían podido paliar su situación.
Tímida y parcialmente se ha comenzado a anunciar la detección de cesio radiactivo en varias partidas de leche en polvo para bebés o estroncio-90 en el pescado, la aparición comprobada de partículas radiactivas en la comida como el Cesio 134 y Cesio 137, y otros radionucleidos como estroncio y plutonio ( que provocan cáncer a los huesos y leucemia ) en el agua ( que contendrán una radiactividad de 130.000 becquerelios por centímetro cúbico, hasta un millón de veces el máximo permitido ).
Estos anuncios, sin embargo, equivalen a decir, frente al caso de un paciente moribundo a causa de un cáncer fulminante…que tiene fiebre.
Mentir…mentir hasta el final, impecablemente, patológicamente.
Un trágico cuadro del Japón de hoy.
El nivel de la radiación es tan alta y está tan expandida que nadie puede todavía determinar la magnitud exacta de los daños.
Un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad de Fukushima han decidido entonces utilizar monos salvajes que habitan en la región,
colocarles unos collares especiales fabricados por la propia universidad, y evaluar a la distancia y con mayor exactitud el nivel de radiación en las zonas silvestres.
Lo que leerán será tremendo y dudamos si estos universitarios tendrán la suficiente independencia para poder dar a conocer libremente los resultados.
SIGAMOS APUÑALANDO EL OCÉANO, TOTAL YA ESTÁ MUERTO
Otra joyita fue el anuncio reciente de TEPCO de que continuará arrojando al mar de Japón, y por extensión al océano Pacífico, miles de toneladas de agua contaminada.
Ya hubo varios vertidos de agua radiactiva en el mar, algunos accidentales por fugas de la planta y otro intencional y autorizado por el infaltable cómplice, de más de 40 mil toneladas ( esa fue la cantidad informada, por lo cual estimamos que debió llegar por lo menos al doble ) de agua tóxica radiactiva que contaminó para siempre el Mar de Japón y comprometió el hábitat del Océano Pacífico.
Así que, con el dicho a cuestas de “ qué puede hacerle una mancha más al leopardo”, al no encontrar lugar ni suficiente cantidad de tanques para continuar almacenando el agua tóxica ( parte de la cual surge de las napas subterráneas, también contaminadas para siempre ), que se incrementa porque es lo único que la TEPCO hace para mejorar el cuadro: arrojar agua sobre los reactores ( la cual luego, obviamente, se vuelve contaminada ) se verterá una vez más en el océano.
La cantidad almacenada en tanques hasta ahora es de aproximadamente 100.000 toneladas.
Continuando con sus delirios sin fin, TEPCO “aclaró” que este vertido no se hará nunca antes de llegar previamente a los límites de radiactividad establecidos por el país y que ellos ofrecerán paliativos.
¡Entonces estaríamos hablando de decenas de años de espera!.
Suba al techo de la casa de su vecino y arroje dentro de su tanque contenedor de agua tres botellas de insecticida.
Luego intente convencerlo de que en unos meses el efecto tóxico desaparecerá y que Ud. aprovechará entonces para descargarle un par de botellas más de pesticida, pero eso sí: le ofrecerá paliativos.
Bien: esperamos que finalmente el pueblo japonés, tradicionalmente obediente y contrario a los conflictos, reaccione esta vez como reaccionaría sin dudas, su vecino.
TEPCO ha prometido una parada fría para principios del año que viene, que equivaldría a anunciar que por fin la situación está bajo control.
Pero hasta el momento, lo único que está haciendo es ir tapando uno tras otro los agujeros del bote rezando para que no se hunda antes de llegar a la orilla, pero de remar…¡ni hablar!.
El nuevo Gobierno japonés está barajando a través de su jefe de gobierno, Yosikiha Noda, la posibilidad de nacionalizar la planta y por supuesto su administrador.
Este proyecto puede significar una erogación extra para los japoneses de entre 13.000 y 19.000 millones de dólares.
"En los últimos 40 años, la maquinaria de relaciones públicas del gobierno puso énfasis en el beneficio de la energía nuclear y le lavó el cerebro a los ciudadanos para que crean en la energía atómica. Los medios de comunicación apoyaron este negocio, pero ahora los ciudadanos se están dando cuenta", sostuvo Yoshihiko Wada, profesor de economía de la Universidad de Kyoto.
El caso Fukushima, además de ser el peor desastre de todos los tiempos, es un caso único que no registra antecedentes.
Es un caso abierto y drenando lenta pero constantemente su veneno invisible, con riesgos imposibles de calcular en su verdadera magnitud, aún burlando los ocultamientos conspirativos.
Una herida contaminada que además supura traiciones, cobardías, iras, arrogancia y falta de honor hacia tradiciones milenarias que quebraron la línea fronteriza que separa la humanidad del animal.
Así que, con el dicho a cuestas de “ qué puede hacerle una mancha más al leopardo”, al no encontrar lugar ni suficiente cantidad de tanques para continuar almacenando el agua tóxica ( parte de la cual surge de las napas subterráneas, también contaminadas para siempre ), que se incrementa porque es lo único que la TEPCO hace para mejorar el cuadro: arrojar agua sobre los reactores ( la cual luego, obviamente, se vuelve contaminada ) se verterá una vez más en el océano.
La cantidad almacenada en tanques hasta ahora es de aproximadamente 100.000 toneladas. 
Una herida contaminada que además supura traiciones, cobardías, iras, arrogancia y falta de honor hacia tradiciones milenarias que quebraron la línea fronteriza que separa la humanidad del animal.
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