Desde antes del siglo 19, los budistas creen que la misteriosa criatura, un mamífero homínido relicto, mezcla de gorila con humano, habita la cordillera del Himalaya.
El apodo de "abominable hombre de las nieves" fue un término que se popularizó a partir de 1921, cuando el teniente Coronel Charles Howard-Bury lo bautizó de ese modo al relatar las leyendas y testimonios que de él se contaban, en su exitoso libro "Monte Everest, El Reconocimiento".
Durante el siglo 20, el interés por la criatura y la incógnita sobre la realidad de su existencia se incrementó junto con la llegada de turistas al Himalaya que comenzaron a organizar sus propias expediciones con el objeto de capturarlo,
y si bien no pudieron lograrlo, dieron cuenta de haber visto extrañas marcas de pisadas en la nieve, las que luego fueron fotografiadas por algunos medios periodísticos europeos y norteamericanos de la época, y muestras de cabellos.
Además, se reportaron varias veces extrañas sombras rondando los campamentos emitiendo gritos no característicos de la fauna de la zona.
( la primera en su tipo que se celebra desde hace por lo menos medio siglo ) que la expedición llevada a cabo por científicos rusos, canadienses, suecos, estones y norteamericanos que partió a fines de setiembre
y "peinó" el Macizo de Altái, la zona montañosa Górnaya Shoria y la cueva de Azásskaya, había encontrado "pruebas irrefutables" de la existencia del ser, aunque en realidad sólo presentaron
fotos de ramas dobladas, una clara huella
( muy similar a la encontrada en el estado norteamericano de Michigan ) y una pequeña muestra de pelo encontrado dentro de dicha huella en la cueva Azasskaya ( aparentemente el lugar de descanso de la criatura, donde había armado una cama de palos ),
pero no aportaron fotos del ser ni muestras de ADN ( aunque se ha entregado para su análisis la muestra de cabello recogida ), ganándose fuertes críticas de varios detractores.
A pesar de esto, los funcionarios del gobierno local se declararon convencidos en un 95 por ciento de la existencia del Yeti en la zona, aún con más entusiasmo que los propios investigadores.
El Dr. Igor Burtsev, líder del simposio internacional, afirmó que alrededor de 30 Yetis viven en la región de Kemerovo, y agregó que se trata de hombres Neanderthal que han sobrevivido hasta el día de hoy.
Desde la caída de la Unión Soviética hace dos décadas se han incrementado los "avistamientos" de Yetis de más de 2 metros de altura, y/o de sus huellas, la mayoría cerca de la ciudad de Tashtagol, incluyendo denuncias por robo de ganado en las granjas más lejanas.
"Se encontraron ramas de sauce trenzadas que utiliza el Yeti para marcar su territorio, una prueba contundente de este la existencia del homínido", declaró convencido el investigador canadiense John Binderangel, que ha pasado tres décadas de su vida buscando una prueba concluyente de la existencia del "hombre de las nieves".
Los detractores más cínicos opinaron que lo único que se ha encontrado " son unas enormes ganas de encontrar algo " y que las supuestas pruebas aportadas no son contundentes en absoluto, siendo sólo un medio para impulsar el turismo en la región.
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