Una gigantesca tormenta con una extensión de aproximadamente 80 kilómetros (¡!) sin antecedentes en la historia de la localidad norteamericana se desplazó por el desierto hasta cubrir toda la zona sur de la ciudad.
El feroz fenómeno estuvo acompañado por ráfagas de intensos vientos de más de 100 kilómetros por hora y castigó no sólo la ciudad de Phoenix sinó también Avondale, Tempe y Scottsdale.
La Administración Federal de Aviación informó en su página web que prohibió despegues de vuelos en aeropuertos de Las Vegas o Los Angeles hasta la noche de hoy debido a la escasa visibilidad en la zona.
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