Más de 124 muertos y 72 desaparecidos son hasta ahora los saldos más trágicos de las lluvias torrenciales que azotan al país, que se encuentra en estado de alerta máxima ( alerta 4, implementado por primera vez ) debido a las furibundas inundaciones que han provocado las precipitaciones y se han realizado evacuaciones en siete provincias con la participación del ejército.
Un millón de acres de tierras agrícolas han quedado bajo las aguas, 7.000 casas completamente destruídas, más de un millón de personas evacuadas y casi seis millones de chinos afectados directa o indirectamente, informó la agencia de noticias oficial Xinhua.
El Ministerio de Asuntos Civiles de China está distribuyendo una caja de fideos y una botella de agua por cada damnificado, y ofreciendo alojamiento en 5.000 tiendas de campaña proveyendo hasta el momento 40.000 mantas, números que son a todas luces insuficientes si se tiene en cuenta que el número de evacuados totaliza ya 1.000.000 de personas.
Los agricultores afirman que esta inundación ha sido la peor en 20 años, y ha reducido la produccióne en un 20 por ciento, provocando escasez de frutas y granos y aumentos en los precios de hasta un 40 por ciento.
Las torrenciales lluvias comenzaron inesperada y contrastantemente tras una larga sequía, y causaron inundaciones y deslizamientos de tierra al sur del río Yangtze. El pasado jueves dos diques del río se derrumbaron, inundándose 2 ciudades enteras y 12 pueblos. Las provincias más afectadas son Hubei, Hunan, Jiangxi y Guizhou.
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