La aprobación el último martes por la Cámara de Diputados de Brasil de una modificación de la legislación forestal favorable a los ganaderos y madereros ha sido prácticamente el equivalente a dar luz verde a la deforestación indiscriminada y decretar la definitiva pena de muerte para el Amazonas, y por extensión a las ya mínimas posibilidades de recuperación de la zona como "pulmón del planeta".
El proyecto de ley, que fue aprobada por un amplio márgen, como para que no quede la más mínima duda de cuál es el planeta que merecemos, queda aún sujeto a cambios que pueda realizar el Senado brasilero, que seguramente serán sólo de forma puesto que no hay que esperar peras del olmo, sobre todo cuando estamos hablando de una cínica plantación homogénea de olmos.
Después, estos mismos señores que hoy autorizan la eutanasia del Amazonas, saldrán con cara adusta a decir que lamentan la hambruna del pueblo, las gigantescas inundaciones y plagas y a mentir promesas de medidas de salvaguarda que ellos mismos están imposibilitando para siempre.
Así estamos, así somos, así nos merecemos el planeta re-calentado, agonizante, con una extinción masiva de especies nunca vista antes en la historia conocida ( y menos por causa del virus humano ) y una inestabilidad climática peligrosísima y sin precedentes.
Brasil no es más que uno más de este montón, y el martes ha ofrecido una amnistía total a las sanciones por deforestación ilegal anteriores a julio de 2008, y a los pequeños propietarios en el Amazonas (hasta 400 hectáreas) que consecuentemente suspende una norma que exige mantener un mínimo de la cubierta forestal del 80%.
Con esta desastrosa reglamentación, se valida definitivamente la total legalidad de deforestar indiscriminadamente lo que se supone es un "patrimonio de la humanidad", asegurando definitivamente el agotamiento del agua y la erosión irremediable.
En el fondo, no es más que un sinceramiento: reglamentar lo que ya se irrespeta de facto: en lo que vá de 2011 la deforestación alcanzó un ritmo CINCO VECES MAYOR AL DE 2010.
El presidente brasileño ha amenazado con vetar estas partes del proyecto de ley, que también da a los estados mayor control sobre la que se establecen las normas de conservación y a los legisladores rurales una actualización al código forestal brasileño que les permitirà entregar a sus propietarios los títulos legales de sus parcelas.
Pero claro: son sólo hipócritas declaraciones de comité: las personas son LO QUE HACEN, NÓ LO QUE DICEN. En la práctica, el gobierno cerró gran parte de las deliberaciones científicas y utilizó el típico método de legislar precipitadamente para que la urgencia disimule y justifique lo que en realidad es premeditadamente contrario a cualquier base científica y técnica.
Por si queda alguna duda del retorno al peor mundo posible, esta legislación fué aprobada sobre los cadáveres aún calientes del activista ambientalista José Claudio Ribero da Silva y su esposa Maria do Espirito Santo asesinados por encargo ( se les cortaron las orjeas para que no quede sombra de duda de ello ) en una emboscada en el estado de Paraná, que tiene las tasas de tala más altas del país.
Hace un tiempo escribimos en un post que la actitud de nuestra especie se asemeja a la de los virus: somos la segunda especie más destructiva de la que se tenga conocimiento, biológicamente hablando y al igual que quienes aparecen primeros en la lista, nuestra actitud es a la larga suicida, ya que lo que estamos destruyendo es el ambiente que permite nuestra subsistencia, y además con el agregado de la torpeza absoluta que tenemos para saltar a otro huésped una vez destruído el actual, habilidad en la cual los virus nos superan ampliamente.
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