TODO CONOCIMIENTO COMIENZA CON ACEPTAR QUE NO SE SABE NADA
La Gran Pirámide de Keops está considerada por los historiadores modernos como la última de las siete maravillas del mundo antiguo aún en pie, y se cree que fue construida durante la a IV dinastía egipcia ( nosotros no coincidimos ).
Los múltiples misterios que la rodean permanecen aún, pese a todos los estudios científicos que se le han practicado, totalmente intactos: hoy el hombre moderno sabe de ella tan poco como el primer día, y a pesar de no estar a años luz de distancia material, sólo podemos especular y conjeturar como lo hacemos con aquellos enigmas que sí se encuentran así de lejos de nuestro alcance, tal es su grandeza y su vara de medida para nuestra propia pequeñez.
Imágenes capturadas recientemente desde las profundidades de la Gran Pirámide de Giza por una microcámara-serpiente han descubierto pequeños jeroglíficos escritos en pintura roja sobre el piso de una pequeña cámara oculta, de cuyo descifrado los egiptólogos creen que puedan revelarse los secretos del porqué de la construcción de túneles, antesalas, pozos de ventilación, túneles de acceso, puertas y cámaras secretas.
Hasta ahora se han descubierto tres salas principales: La Cámara del Rey, la Cámara de la Reina y la Gran Galería con ejes conectados al exterior, túneles y puertas de piedra que aparentemente no conducen a ninguna parte.
En realidad, toda la arquitectura interna de la Gran Pirámide constituye un absoluto misterio para los egiptólogos que ahora van tras un nuevo intento por desvelar al menos algunas de estas incógnitas milenarias.
Para ello el ingeniero Rob Richardson de la Universidad de Leeds construyó un nuevo robot que posee una cámara articulada que le permite ver en los rincones de las esquinas.
Las imágenes obtenidas hasta ahora indican que podría tratarse de números o graffitis realizados como canteros de obra por grupos de trabajadores en el momento de la construcción, y consecuentemente podrían suministrar indicaciones sobre la propia estructura y aportar números o fechas reveladoras.
Ya se han introducido robots dentro de la pirámide en otras dos oportunidades, realizándose descubrimientos que más allá de su valor arqueológico, no han aportado absolutamente nada que pueda indicar su razón de ser o su utilidad en el contexto de esta enigmática construcción.
Evidentemente, las pirámides fueron realizadas por inteligencias que manejaban una técnica y una ciencia que evolucionó a partir de principios absolutamente diferentes a aquéllos con los cuales nosotros llegamos a nuestra actual e incipiente tecnología, y la falta de comprensión de los científicos de las características y propiedades de las energías que se manipulaban entonces provoca en todo intento explicativo el típico efecto desorientativo de la singularidad tecnológica: se activa nuestro “gen mitológico” en el mejor de los casos ( aunque nos aleja igualmente de la comprensión científica empírica de lo que estamos observando ) o nuestro gen “cínico y reaccionario” en el peor de ellos, lo que nos lleva a caratular todo lo incomprensible como “objeto religioso de culto”, que traducido al idioma de la verdad significa: “soy un absoluto ignorante de la diversidad y brillante evolución de esta cultura que estoy observando y deseo negármelo a mí mismo con todas mis fuerzas”.
Las exploraciones previas con robots realizadas dentro de la pirámide datan, en primer lugar de 1993, cuando se descubrió mediante la introduccion de un autómata ,una pequeña puerta con pernos de metal, siendo la primera vez que se encontraban accesorios de metal dentro de la construcción ( se especuló entonces que habrían tal vez formado parte de un conjunto de manijas y cerraduras de las puertas internas ).
En 2002, otro robot filmó una pequeña cámara bloqueada por una piedra, luego de animarse a perforar dicho bloque, sin que se encontrara nada revelador.
Zahi Hawass, el ministro de Estado egipcio para Asuntos Históricos antigüos dirige actualmente un proyecto denominado Djedi, y sostiene que no existe otra pirámide que tenga un túnel y una puerta del tipo del que se encontró en la Gran Pirámide, lo cual sugiere que podría ser el acceso a una habitación secreta ( y obviamente a algo oculto en ella que pueda resultar revelador ), por pedido expreso ( y aquí ya comienza a expresarse el “gen mitológico” ) del faraón Keops en la planificación de su tumba luego de consultar con los magos de su corte.
El egiptólogo Kate Spence de la Universidad de Cambridge ( más cerca del “gen cínico” ) comentó que, desde su óptica, los túneles pueden ser puramente simbólicos y pretender indicar la ubicación de las estrellas (¿¿??) y que habrían sido construídos para allanar y facilitar al espíritu del faraón el camino para cruzar a la otra vida ( por suerte Spence no integra el equipo que realiza esta investigación ).
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