lunes, 14 de marzo de 2011

PLANTA NUCLEAR FUKUSHIMA-1: COLAPSÓ DEFINITIVAMENTE EL SISTEMA DE REFRIGERACIÓN

EL SÍNDROME DE JAPÓN
Hoy falló completamente el sistema de enfriamiento del segundo reactor de la central nuclear de Fukushima Daiichi, y casi simultáneamente explotó también su tercer reactor.
La Agencia de Seguridad Atómica nipona así lo confirmó, a la vez que estableció el Estado de Emergencia total en la zona.
Como aparente paliativo, se aseguró que “no se repetirá la tragedia de Chernobyl” y se informó también que los técnicos lograron hacer subir el nivel de agua en el segundo reactor y que “ si continúa subiendo las condiciones regresarán a la normalidad.”(ayer habían informado que el nivel de agua de refrigeración de ese mismo reactor había caído hasta su mínimo ).
Una vez más, escuchar tantas falacias de boca de “expertos” que sólo poseen ese título por el hecho de ser empleados de las mismas empresas multinacionales interesadas en la difusión de las mismas ( la Agencia Internacional de Energía Atómica informó que las paredes de la planta superaban OCHO veces el nivel admisible, mientras un impertérrito mensajero del operador Tokio Electric Company decía que los niveles de radiación aún estaban dentro de los límites legales! …¡y estamos hablando sólo de dos voceros del “oficialismo”!!), nos provoca escribir un nuevo post realista, que será tildado de alarmista automáticamente por la mitomanía oficial.
La información que concierne al “nivel de agua que continúa subiendo” se refiere a un mecanismo de urgencia y emergencia que se implementó bombeando agua de mar mezclado con ácido bórico, el cual aparenta estar teniendo éxito, aunque lo que no se dice es que estas bombas están “atadas con alambre” y permanentemente dificultada su labor por las fortísimas réplicas del maremoto, y la expresión utilizada: “si continúa subiendo” significa:
a) que el bombeo es muy lento y el recalentamiento muy rápido ( prueba de ello es que no pudo evitarse las explosiones de hidrógeno de los reactores uno y tres )
b) que una réplica muy fuerte desestabilizaría casi automáticamente todas las estaciones de bombeo, y contextualmente se esperan muchas de una magnitud de seis o mas durante toda la semana.
c) Que al haberse detenido definitivamente el sistema de enfriamiento propio de la central atómica, absolutamente toda la tarea de evitar el sobrecalentamiento queda a cargo del agua bombeada desde el mar acompañada de una inyección permanente de ácido bórico.
Las dos explosiones ocurridas son debido a la excesiva concentración de oxígeno e hidrógeno provenientes de escapes en el núcleo ( es decir, fisuras ) que explotaron al contacto con el oxígeno del aire , que es, realistamente hablando, un aviso sintomático de que todo se encuentra todavía completamente fuera de control. La explosión en sí NO ES lo más peligroso, sinó lo que está denunciando.
Este estado de cosas, pone sobre el tapete, como ya anticipamos, la posibilidad ( extrema, por supuesto, pero REAL ) de la pérdida absoluta de control sobre el material nuclear fundido que constituye el núcleo de un reactor, llamado popularmente “El Síndrome de China” a partir de una hipótesis de este supuesto, que La palabra “oficial”, por supuesto, desautoriza totalmente, lo cual además de perverso, es incorrecto.
Una vez más, decimos que si no fuera tan grave sería risueño escuchar dentro de los propios intentos “científicos” de mentir este riesgo, las falacias que los delatan. Por ejemplo:
“Explican” que de ninguna manera se debe comparar este caso japonés con los de Chernobyl o Three Miles Island ya que aquéllos eran reactores a cielo descubierto, contra la ubicación subterránea de los actuales, que no había en aquellas ocasiones ni experiencia ni tecnología para manejar la crisis y que además se trataba de reactores viejos.
Pues bien, desmenuzando sus propias declaraciones, deberíamos preocuparnos el doble de lo que ya estamos porque:
La central nuclear de Fukushima es una central VIEJA, puesta en funcionamiento en la década del 70, y NO POSEE sistema extra de enfriamiento de emergencia como poseen las nuevas centrales.
En este momento, debido al fallo eléctrico total en la zona que impidió el funcionamiento de los enfriadores de la central dejando sólo en actividad un enfriador de emergencia a batería, que acaba de finalizar sus funciones por agotamiento de la mencionada batería, NO EXISTE TECNOLOGÍA ALGUNA PARA MANEJAR LA CRISIS.
El hecho de que la central nuclear no sea a cielo abierto es importante sólo en lo referente al peligro de radiación directa que puedan recibir los habitantes del lugar ( que además han sido evacuados casi en su totalidad por lo cual la insistencia “oficial” en este tema se debe interpretar sin duda como un intento de distraer la atención pública del verdadero problema ), pero SU UBICACIÓN SUBTERRÁNEA NO IMPLICA ABSOLUTAMENTE NINGÚN PALIATIVO PARA EL PELIGRO DE FUSIÓN DEL REACTOR.
Otro síntoma de intento de distracción del problema central es el hecho de que, simultáneamente al informe de la caída del enfriador, se informó 190 víctimas de radiación y un aumento del número de víctimas totales del maremoto y tsunami de 10.000 a 50.000, una macabra forma de mentir con la verdad.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE CHINA?
Es una hipótesis de fusión de un reactor nuclear planteada en 1967 por un grupo de físicos nucleares encabezados por el doctor W.K.Ergen ( y luego confirmado en 1970 por Ralph Lapp en su condición de Director Ejecutivo del Comité de la Energía Atómica en Estados Unidos, puesto al que luego renunció para convertirse en activista contra la energía y el armamento nuclear ), que analiza el consiguiente escape del material fundido radioactivo de su contenedor, venciendo la resistencia de la barrera de hormigón que hace las veces de última barrera de contención, lo cual le dá vía libre para comenzar a atravesar la corteza terrestre, ganando volumen constantemente, hasta llegar al otro extremo del planeta ( se lo llamó “Síndrome de China” porque la hipótesis se planteó desde una central norteamericana, cuya antípoda planetaria es China )
Obviamente se trata de una hipótesis que jamás ha llegado a ocurrir hasta el momento como para poder comprobar su acierto, y esperamos que no pueda ser comprobada jamás, pero es TÉCNICAMENTE CORRECTÍSIMA, en cuanto a que si el material fundido logra superar todas las barreras de contención, es indetenible su avance hacia las profundidades de la Tierra.
En nuestra opinión, la llegada de esta bola atómica al otro extremo del planeta es discutible, ya que primero debería enfrentar el propio núcleo de la Tierra, que, si es lo que creemos que es, podría:
a) fundirse con él pasando a integrar su masa y consecuentemente detener allí su marcha definitivamente y sin consecuencias extremas ( aunque a su paso habría contaminado radioactivamente innumerables fuentes de agua subterráneas ) ó
b) potenciar de tal manera su masa que desestabilizaría el propio núcleo del planeta, provocando una explosión atómica interna de consecuencias realmente inimaginables
y finalmente
c ) atravesar dicho núcleo sin consecuencias extra como plantea la hipótesis de los doctores y Ergen y Lapp cuyas consecuencias serían también imprevisibles.
Cabe destacar que en su informe, Ergen efectuó ciertas recomendaciones de terrenos específicamente favorables para la instalación de centrales nucleares, y que habrían paliado naturalmente la posibilidad de un desastre de estas características, recomendaciones que obviamente el olor de los dólares hundieron en el olvido.
Hace tres años atrás, un experto nuclear japonés, el profesor Katsuhiko Ishibashi, de la Universidad de Kobe, había advertido también al gobierno nipón sobre las “graves irregularidades” de seguridad que hacían vulnerables las plantas a los terremotos fuertes.
En 2007, el profesor Ishibashi dijo textualmente:
“A menos que se tomen medidas radicales inmediatamente para reducir la vulnerabilidad de las centrales nucleares a los terremotos, Japón podrá experimentar una verdadera catástrofe nuclear en un futuro próximo”.
Todo este asunto se reflejó trágicamente en la película llamada precisamente “El Síndrome de China”, un thriller de suspenso realizado en una época de considerablemente mayor libertad expresiva cinematográfica en la cual el administrador de una usina nuclear que precisamente debe enfrentar este peligro ( Jack lemmon ) y que hasta entonces había “comprado” las “ventajas” de la energía nuclear, cae en la cuenta de que todo es una mentira manipulada por las empresas dueñas de las centrales, para quienes la prioridad es siempre la ganancia por sobre la seguridad o la responsabilidad.( dicho sea de paso, su actuación es realmente magnífica, y se hace especialmente notorio cuando precisamente la venda cae de sus ojos y de su mente ) y que es lo que una vez más está ocurriendo en la realidad igual o peor que en el cine.
Veamos ahora las cronologías y leamos lo que no se escribe y escuchemos lo que no se dice:
La crísis de la central Nuclear japonesa NO FUE informada por los “lacayos oficiales”: el hecho trascendió a través de las redes sociales ( Twitter, Facebook etc. ), por el contrario, si se revisa la información de los primeros días, se repetía que “simplemente” se había detenido “preventivamente” la central nuclear, dando la sensación de que todo estaba bajo control.
Luego, cuando ya fue inocultable la situación, se trató de desviar la atención hacia la “ágil” evacuación de la gente” y el “eficiente” control de radioactividad que se les realizó preventivamente, buscando paralelamente desviar la atención pública hacia temas de proyección económica, o imágenes sensacionalistas de la tragedia.
El “escape” de gas radioactivo que se informó a continuación, en realidad fue una liberación INTENCIONAL, para descomprimir el calentamiento del núcleo cilíndrico de circonio de la usina que ya era crítico ( la famosa filosofía del “daño menor “ ).
Obviamente, esto será negado absolutamente y para siempre.
Teniendo en cuenta que ya transcurrieron más de 80 horas desde el colapso, el enfriador que AHORA se informa dejó de funcionar, debe haber muerto en realidad varias horas atrás en el mejor de los casos, y si la fusión ( derretimiento del núcleo del reactor ) aún no ha comenzado, debe considerarse prácticamente milagroso, y ahora todo dependerá del éxito o fracaso del bombeo de agua marina.
De ahí en más, sólo quedarán la vasija de confinamiento ( hasta ahora, según el propio gobierno, intacta ) y un suelo ultrarresistente de hormigón para detener más de cien toneladas de metal fundido altamente radiactivo. Si estas contenciones fallan, el Síndrome de China se habrá puesto en marcha.

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