Aunque los medios parecen haber olvidado definitivamente el mayor desastre nuclear en la historia moderna ( por más que los organismos oficiales lo quieran "dibujar" entre Chernobyl y Three Miles Island ) para pasar a otras noticias, la situación en la central nuclear japonesa está todavía muy lejos de ser estable: la lucha continúa y todavía no están dadas las condiciones como para poder acceder a la planta y así entender las condiciones en que se encuentra, como así también determinar la o las fuentes de una fuga radioactiva permanente que se está registrando en este momento y que resulta difícil de explicar para los tristemente célebres técnicos de la TEPCO.
James Lyons, de la OIEA dijo ayer en una conferencia de prensa: "los especialistas nos preguntamos de dónde procede exactamente esta radiación", en una implícita alusión a que la TEPCO continúa ocultando datos de la situación, sin informar la cantidad de radiación que ha sido emitida ni el estado actual de la temperatura en los reactores 1,3 y 4 de Fukushima.
Mientras tanto, el agua corriente en Tokio está radioactiva ( más del doble del límite ), al igual que la leche y la carne cruda, y el agua de mar en los alrededores de la planta también registra altísimos niveles de radiación, lo cual agrega a la lista la contaminación de los peces.
Ya llegan a Europa las partículas radioactivas: Reykjavik fue la primer ciudad en detectarlas.
Por si no fuera suficiente con lo que ya hay, ayer trascendió que la planta almacenaba más uranio del que podía tolerar su diseño.
Entretanto, los efectos del desastre recién están mostrando la punta del iceberg: nadie habla ( intencionalmente, claro ) de rescatar a las 71.000 personas que aún continúan "por las suyas" en Minamisoma, recibiendo diariamente dosis acumulativas de radiación nuclear, tanto desde el aire como del agua y el alimento. En este momento Japón no cuenta ni con infraestructura ni con elementos para tratar 71.000 personas gravemente afectadas por radiación nuclear, por lo tanto para esas 71.000 almas, el fin del mundo y el apocalipsis ya ha llegado, literalmente.
Hay racionamiento permanente de energía en Tokio y por ende las hiperactivas fábricas japonesas están trabajando apenas "a reglamento", al igual que los servicios públicos, las líneas de ferrocarril están cerradas , y las autopistas son intransitables.Miles de personas están siendo enterradas en fosas comunes, ante la congoja de sus familiares.Por suerte ( por el momento! ) los "expertos" sismólogos australianos y americanos parecen haberse equivocado respecto a que Japón debía esperar un segundo gran maremoto acompañado de otro tsunami.
El asesor técnico del OIEA, Graham Andrew calificó como grave la situación en Fukushima a pesar de que hay algunas mejoras. TEPCO logró conectar electricidad a la sala de control del reactor 3, aunque el reactivar el suministro eléctrico puede llevar varios días por la necesidad de revisar el estado de todos los instrumentos.
Mientras tanto las obras en el reactor 2 de la central fueron detenidas por la subida del nivel de radiactividad cerca de la instalación.
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