martes, 8 de febrero de 2011

EL PLANETA QUE MERECEMOS

EL AMAZONAS GOLPEADA POR LA SEGUNDA SEQUÍA DEL SIGLO ( SI, SI, DE ÉSTE, DEL 21 ) Vista aérea que muestra el estado actual de deforestación del Amazonas
La sequía que ocurría " una vez por siglo" acaba de golpear al Amazonas por segunda vez...en cinco años.
Un estudio de la Universidad de Leeds encabezado por el Dr. Simon Lewis encontró que la sequía del año pasado fue aún más grave y más extensa que la ya de por sí desastrosa escasez de agua que azotó la mayor selva tropical del mundo en 2005, acabando con la existencia de millones de árboles, anfibios, peces, aves y mamíferos.
El Dr. Lewis, líder del equipo británico responsable del estudio, opinó: "Tener dos eventos de esta magnitud en rápida sucesión, es extremadamente inusual, pero lamentablemente consistentes con los modelos climáticos que proyectan un futuro sombrío para la Amazonia."
Un evento de esta magnitud se describiía en tiempos pasados como uno de esos fenómenos que se da "una vez cada cien años".
La sequía fue tan grave que secó arroyos y ríos e impidió el acceso por barco a las zonas más remotas de la selva, el agua se contaminó, murieron millones de peces, anfibios y otros animales salvajes, se secaron cientos de especies de árboles y más de 60.000 personas sufrieron una feroz hambruna.
El afluente del Río Negro del Amazonas cayó a su nivel más bajo de toda su historia.
En un año normal, los bosques absorvían alrededor 1.5 billones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera, pero si los árboles mueren a causa de la sequía, los bosques no sólo dejan de absorver los gases que provocan el efecto invernadero, sinó que su propia pudrición comienza a liberar millones de toneladas de dióxido de carbono, convirtiéndose en un aliado más del recalentamiento planetario.Esto sin tener en cuenta que las sequías originan incendios forestales que también liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera.
Los bosques del Amazonas no absorben su millón y medio de toneladas habituales de CO2 de la atmósfera desde 2003, y antes sólo sufrían sequías durante fenómenos meteorológicos atípicos, como la corriente de El Niño, que provoca un recalentamiento del Océano Pacífico, pero lo grave del asunto es que ni en 2005 ni en 2010 estuvo presente el fenómeno de El Niño.
Los modelos de computadora predicen que este tipo de sequías se harán muchísimo más frecuentes en el futuro, con lo cual el Amazonas podría pasar de ser un pulmotor atmosférico a transformarse en una de las principales fuentes de recalentamiento global.
El Dr. Lewis añadió en sus declaraciones: 'Dos sequías inusuales y extremas que ocurren dentro de una década, anulan totalmente el beneficio del carbono absorbido por los bosques de la Amazonia intacta durante ese lapso" por lo cual se podría decir que el máximo pulmón del planeta ha realizado por primera vez su "Contribución Cero"a la limpieza de la atmósfera terrestre, y expresado de paso su furiosa opinión en nombre de el resto de las especies vivientes sobre la administración que está llevando a cabo la especie dominante.MÉXICO: LAS TEMPERATURAS MÁS FRÍAS EN LOS ÚLTIMOS 60 AÑOS
Por primera vez en 60 años, las temperaturas en el norte de México se desplomaron durante el mes de enero y la primer semana de febrero, llegando a -13C, cuando las condiciones meteorológicas habituales en esta fecha solían ser cálidas. Esta temperatura lleva a las especies desprotegidas al punto de congelación y muerte, al igual que a gran parte de la flora autóctona.
Ccortes de energía frecuente por sobredemanda de calefacción afectaron gran parte del país, obligando a algunas fábricas y empresas a cerrar y a suspender las clases en algunos estados.EL 85% DE LAS OSTRAS DEL PLANETA, EXTINGUIDAS Víctimas de la sobreexplotación, los arrecifes de ostras en todo el mundo están desapareciendo tan rápido que más del 85 por ciento pueden considerarse "funcionalmente extinguidas".
En zonas como el Mar de Wadden en Europa y la bahía de Narragansett, Rhode Island, sólo sobrevive actualmente menos del 1 por ciento de los antiguos arrecifes, y alrededor del 75 por ciento de las ostras silvestres restantes en el mundo se encuentran concentradas en cinco últimos bastiones en América del Norte.
Un equipo internacional de investigadores dirigido por el Dr. Michael Beck, de la Universidad de California llegó a esta lapidaria conclusión luego de estudiar los arrecifes en 144 bahías y 44 ecoregiones.
Su investigación, publicada en la revista BioScience, concluyó: "Sólo subsiste menos de un 10 por ciento de los arrecifes de ostras en la mayoría de las bahías y ecorregiones. Por lo tanto, deben considerarse funcionalmente extinguidos, ya que semejante volúmen no tiene absolutamente ninguna influencia sobre los ecosistemas importantes constituyen sólo un 1 por ciento del que solía ser su volúmen habitual".
Los investigadores aclararon que la investigación no incluyó arrecifes de Japón, China, África del Sur y del Norte y Corea del Sur, pero señalaron que ya la investigación anterior ( que sí los incluyó ) mostró la misma tendencia que en el resto del mundo
El estudio recomienda una protección inmediata de los arrecifes aún sobrevivientes para permitirles reconstruirse y agrega que será"probablemente la última oportunidad para lograr la conservación de los arrecifes de ostras a gran escala y su pesca sostenible".
Las ostras han alimentado las economías costeras durante siglos, proporcionando además importantes servicios a los ecosistemas, y una vez fueron sorprendentemente abundantes.EXTINCIÓN EN MASA
ANIMALES Para muchas especies, no hay escapatoria a medida que aumenta la temperatura del planeta.
Durante los próximos 100 años, entre el 40 y el 60 por ciento de las especies podrían perderse.
Los osos polares se han convertido en los iconos de esta amenaza climática, pero existen decenas de miles de especies que viven en los trópicos o en zonas montañosas que son tanto o más vulnerables: las altas mesetas de África, las junglas desde Australia hasta Estados Unidos, verán desaparecer la mayor parte de los animales.
En respuesta al calentamiento, los animales tradicionalmente migran en busca de lugares más frescos, reubicándose en mayores alturas o más cerca de los polos, pero actualmente la drástica transformación de los suelos hace que tengan que desplazarse cientos de kilómetros para encontrar un clima que antes hallaban con un esfuerzo mucho menor ( según un estudio, la mitad de las especies han debido mover su hábitat en un promedio de 6 kilómetros ), o en algunos casos ( sobre todo las especies de montaña ) directamente no encuentren zonas habitables ni sus alimentos habituales.El calentamiento global ha diezmado hábitats naturales completos, y la pérdida de especies de aves impactará en plantas que perderán su medio de polinización, y éstas a su vez en las abejas, en un efecto dominó imparable.
Los insectos se perfilan mejor que el resto de la fauna para readaptarse al medio ya que tienen un tiempo de generación más corto, pero los científicos no están seguros de si será lo suficientemente rápido como para evitar la extinción.
Por su parte, plagas y enfermedades también se están desplazando hacia el norte, como otros animales salvajes.
ÁRBOLES Y PLANTASScienceDaily publicó el 23 de enero un informe en el que indica que muchas especies de árboles podrían extinguirse.
Según la investigación, los árboles que dispersan sus semillas por el viento, como los pinos y arces, no podrá desplazarse a un ritmo que pueda hacer frente a los cambios climáticos previstos. La investigación se llevó a cabo por el Prof. Ran Nathan, director del Instituto Alexander Silberman de Ciencias de la Vida en la Universidad Hebrea, conjuntamente con su alumno Nir Horvitz; e investigadores del extranjero.
Si bien una de las señales aparenta ser positiva, ya que el aumento de la concentración de dióxido de carbono en el aire acrecentará la producción de semillas, éstas sin embargo alcanzarán la madurez antes de lo habitual, y por lo tanto acelerarán su propagación y su ciclo de maduración se descalibrará en cuanto a la coincidencia imnprescindible con las estaciones del año, sumado al hecho de que se encontrarán con un debilitamiento de la velocidad del viento.
"Nuestra investigación indica que la dispersión natural impulsada por el viento de muchas especies de árboles se incrementará, pero su ritmo será igualmente significativamente inferior al que tendrán que hacer frente sobre los cambios en la temperatura de la superficie", dijo el profesor Nathan. "Esto va a aumentar el riesgo de extinción de muchas poblaciones de árboles, ya que no serán capaces de rastrear el cambio en su hábitat natural, que actualmente les suministra las condiciones favorables para su desarrollo".
Los árboles con semillas dispersadas por el viento son principalmente comunes en los bosques de América del Norte y Eurasia.

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