Dentro de las muchas curiosidades que se pueden encontrar en la tecnológica, una que realmente nos parece digna de análisis es el “efecto espejo” que esa tecnología nos devuelve como reflejo social e individual.
Cada aparato o mecanismo siempre está manifestando nuestros deseos, frustraciones, anhelos, principios, voluntades, virtudes y falencias, y a su vez todos esos fragmentos de nosotros mismos son los que justamente permiten que los medios tecnológicos no solo existan sino que también avancen.
La búsqueda de confort y comodidad por parte del ser humano es una condición intrínseca que no podemos negar, vivimos claramente contrariados con todo aquello que tenga que ver con el esfuerzo, y no hacemos nada por ocultarlo, nuestro rechazo es de carácter explicito, pareciera en algún punto que la verticalidad nos perjudica, siendo una suerte de designio maldito que en combinación con la gravedad se convierte en un villano de primera línea para nuestra vida.
Nuestra existencia corpórea es una especie de piedra en el zapato que nuestra mente se ve obligada a cargar eternamente, algo así como si naciéramos con el mito de Sísifo incorporado en el que nuestro cuerpo es la piedra.
La verdad de la milanesa es que existir demanda esfuerzo, el acto de ponerle el cuerpo a las cosas y a las situaciones exige voluntad y debemos reconocer que nunca hemos estado muy de acuerdo con esta condición, a tal punto que ponemos una gran cantidad de energía e inventiva al servicio de ganar más terreno en el anhelo del confort eterno y perfecto, así es que estamos constantemente produciendo tecnología que pueda facilitarnos cuanta tarea técnica/práctica sea posible.
Al respecto, no quedan dudas que cuando el ser humano se propone algo lo logra, cuando estamos realmente interesados la inteligencia se nos da bien y hasta diríamos que a veces se pasa de rosca y la inventiva roza lo inútil o absurdo como se puede apreciar en foto a continuación:
En el terreno del confort y la comodidad no escatimamos talento.
Dentro de este escenario podríamos decir que…
Cuando concluimos en que la matemática era, es y seguirá siendo una materia jodida inventamos desde el ábaco hasta llegar a las calculadoras más sofisticadas; cuando nos dimos cuenta que leer, pensar y estudiar requiere de un esfuerzo abstracto intelectual inventamos el televisor, cuando no tuvimos otra que admitir que hacer dieta requería de un enorme esfuerzo y voluntad antes de empezar a vislumbrar un resultado salimos con el slender shaper y cuanto aparato nos ofrezca TV compras; cuando nos quedamos sin un negro que nos apantalle (como dice el refrán) fuimos por el ventilador y no paramos hasta los modernos slipt; cuando llamar por teléfono se volvió tedioso llego el mensaje de texto que en pocos caracteres nos proporciono un sistema de comunicación instantáneo, barato y breve.
Cuando se nos empezó a llenar la casa de cientos de aparatos reemplazamos la tele, el home, la reproductora de DVDs y el equipo de música por la computadora con Internet y cuando relacionarse con el Otro también empezó a convertirse en un constante desencuentro de deseos y necesidades con pesados y costosos compromisos que nos agotan llegaron las Redes Sociales.
Así es que la tecnología avanza en nuestro anhelo de alivianarnos la existencia de tareas y pesos; la virtualidad nos permite existir sin tener que “poner el cuerpo”, porque en el plano de lo tecnológico todos somos más ligeros y agiles, vamos perdiendo peso y nuestra mente logra experimentar lo que para ella es el peso ideal del ser.
Nos fascinamos con series como viaje a las estrellas y anhelamos el día en el que la tele transportación deje de ser una ficción pero no advertimos que hace rato que iniciamos un proceso migratorio de existencia, en donde la materialidad física se va desintegrando, trasladando y rearmando en otra realidad más cuántica donde somos más mente que cuerpo y mente juntas.
La red social Twitter es por lejos uno de los reflejos más logrados de esta migración de lo físico a lo etéreo, su gráfica (el pájaro) es el mejor significante de la liviandad, del movimiento, de este cuántico estar y no estar al mismo tiempo, del picoteo informático y del vuelo frenético y breve entre nubes e inclemencias socio-climáticas.
Pequeños nidos en pequeños huecos, con interminables pio pios! (Twits) precarios de contenido y efímeros de sustancia.
Monstruosos volúmenes de información donde lo irrelevante vuela mucho más alto que lo relevante, donde pájaro que twitio voló!
La red social Facebook (y aunque siga siendo la favorita) es más corpórea y terrenal que la volátil twitter, tienen cadencias rítmicas-temporales totalmente distintas entre sí, pero ¿en que yace la diferencia si al fin y al cabo ambas manejan tremendos volúmenes de información?
En principio por una cuestión percepción, no es lo mismo trasladar un armario voluminoso armado que desarmado, lo primero nos demanda mucho tiempo y esfuerzo y lo segundo… lo segundo ¡también! pero nuestra mente percibe el espejismo de lo segundo con mucha más agilidad, menos cuerpo y menos esfuerzo que lo primero.
Podríamos decir que mientras que facebook mueve sus cargas informáticas en grandes contenedores por mar o tierra, twitter lo hace en forma aérea (casi courrier!!) manejando pequeños paquetes de información cuyo límite son los 140 caracteres.
No se trata de bajar el cubicaje de la información, la fragmentación del dato hace el truco y nuestra percepción la magia de sentirnos etéreos.
Otra cuestión de peso con facebook, es que una de sus propuestas troncales fue siempre la posibilidad de localizar o reencontrarse con amigos / compañeros y/o familiares que hemos perdido o que se han ido disipando en el tiempo, “encontrar y que nos encuentren” es la propuesta que facebook nos promete, ir atando los cabos sueltos que hemos ido dejando en el camino.
Facebook conserva lazos de peso específico y es por ello que incorpora o suma “AMIGOS”.
Para Twitter el lazo emocional de la palabra “amigo” generaba peso extra para su vuelo, era como ponerle a su liviano pajarito un atado de 4 kilos en cada ala y necesito reformular la propuesta dándole todo su protagonismo al “SEGUIDOR” un “suelto” relacionado pero no enlazado, un personaje mucho más insustancial que no carga con exceso de equipaje sino que vuela con lo puesto.
Pero la cosa no termina ahí, el “amigo” para twitter tenía otra contra de peso que lo dejaba fuera de concurso, los anhelos de Twitter iban más allá del plano de la gente que VOS conociste o te conoce, y aposto a un cielo mucho más vasto, el de las celebridades y los famosos, y ahí es donde el “amigo” obviamente no cuadra, no es lo mismo decir yo soy seguidor de Ernesto Sábato que decir yo soy su amigo; Twitter nos toco en un punto delicado: la excitación de nuestra vanidad, no es lo mismo decir: “banca que estoy twiteando con Sábato” que un “banca que estoy twiteando con mi amigo de la primaria”.
El término y el concepto del “SEGUIDOR” lamentablemente nos define mucho más como especie de lo que pensamos, somos originarios seguidores desde que el mundo es mundo; necesitamos seguir a otros y sentir que nos siguen, porque pareciera que sino algo nos falta y entonces la soledad y la incertidumbre existencial nos corroe lentamente, en realidad nos corroe lo mismo, pero si nos siguen y si tenemos a quien seguir no percibimos tanto el proceso de deterioro.
Nuevamente un acto de ilusionismo mental en donde la red social es el truco y el seguidor la magia.
En lo personal para nosotros el concepto “seguidor” es de un mal gusto ancestral, porque en general el seguidor es un reaccionario de la información, hoy estoy de acuerdo te sigo, mañana no estoy de acuerdo y no te sigo más, o te sigo porque está de moda, porque sos famoso o estas a punto de serlo, o porque seguís a otro que a mí me gustaría seguir o que me siga; hay seguidores por status, hay quienes son de profesión seguidor; hay quien sigue por admiración y esta también el seguidor detractor, que es aquel que te sigue para vigilarte.
De los modelos de seguidor arriba mencionados el por admiración y el detractor son los más improductivos a la hora de aportar cualquier clase de contenido, el que admira tiene el cerebro bloqueado por el asombro idílico y el detractor por un ataque de desinteligencia argumental.
En una página sobre la etimología de las palabras, leímos el siguiente comentario sobre la
diferencia entre “intelecto” e “inteligencia”: Intelectual es aquel que tiene la cabeza llena de información y datos, y que no necesariamente pone en práctica absolutamente nada de esa información. El Inteligente pone en práctica y vive lo que sabe.
Nosotros elegimos pensar que tenemos lectores inteligentes del otro lado de la pantalla y no binarios intelectuales seguidores del a favor o en contra.
Por supuesto existen millones de usuarios de redes sociales que usan las mismas sin permitir que las redes sociales los usen a ellos, pero lamentablemente no es el porcentaje mayoritario a la hora de arrojar números.
Como siempre pensamos que no está mal consumir información deliberadamente, (Ej.: Saber si un famoso se levanto de buen humor y desayuno tostadas con manteca o queso crema puede llegar a ser información de vital importancia para otro), tampoco vemos con desagrado la simplificación de tareas con las que los avances tecnológicos van derogando nuestra voluntad, en tanto y en cuanto eso sea lo que realmente estamos buscando; seguir tendencias sin cuestionar el por qué de las mismas, ni reflexionar en como impactan en nosotros ni que reflejos nos devuelven, nos convierte en un esclavo seguidor de nuestra propia intelectualidad.
Libre es aquel cuyas respuestas son tan contundentes que invalidan la pregunta.
Quien sigue sin siquiera tener una idea de lo que sigue, "se persigue" y deja de ser “Un ladrillo más en la pared” del pasado para convertirse en “Un seguidor más en el muro” del presente.
3 comentarios:
Y sino queres amasar tenes la machine de hacer pizza!!!!
En algunos casos, parece que twitter no es mas que un detonador de los egos mas intrascendentes del universo. Pienso que alguna gente se tiene mayor consideracion de la que deberia. Se deberia desconfiar de las palabras que duran unos segundos y son reemplazadas pòr otras. Se deberia desconfiar de la nefasta liviandad que se profesa en esta tierra donde cosas importantes se manejan por SMS, Twitter o Facebook y los que son intelectuales o escriben libros hacen una parodia de la realidad y sus dias transformandose en una mueca de sus propios "pensamiento".
Firmado: Fantasma
Me mato el fantasma...
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