miércoles, 25 de agosto de 2010

LA ERA INFORMANTE

Un preconcepto bastante desacertado que solemos tener es la idea de que la evolución es algo privativo de lo “bueno”. En las definiciones conservadoras y clásicas de la palabra, evolucionar suele ser indicador de desarrollo, de crecimiento, de “ movernos para adelante” ( este "movimiento" siempre entendido desde la permanente y recurrente limitación mental de nuestra lineal forma de percepción, superficialmente erudita y profundamente nó cognitiva ).
En nuestras mentes, evolución se asocia a progreso y éste a las “cualidades positivas”.Nuestro mecanismo inferencial no incluye dentro de este concepto lo “malo” con lo cual lo convertimos en neutral sobre el movimiento en sí mismo, una simple merma de lo bueno, que lo transforma en un bueno mejorado.
Por supuesto este bosquejo dualista y separatista reside en la falacia de un pensamiento binario de opuestos imprescindibles, ya que en un análisis más profundo veríamos que lo bueno y lo malo se contienen siempre a sí mismos y es nuestro egoísmo o su ausencia lo que finalmente determina las diferencias.
Pero volvamos a la definiciones empíricas del principio: si lo bueno evoluciona, lo malo también lo hace!! ( o podríamos decir, a fin de generar una diferencia terminológica, que refina sus métodos ).

La desaparición en occidente de lo que era considerado malo socialmente hablando ( la imposición, la prohibición, la represión, lo dictatorial ) parece habernos creado la ingenua ilusión de que una evolución positiva lo ha erradicado y vencido.

La manipulación represiva de la información (libros, cultos, etc.) fué un mal fin justificando un medio peor: la gente carecía plenamente de los beneficios del marketing ( pero también de sus efectos colaterales!! ).

Y aquí es donde se produce una refinación exquisita de los métodos de manipulación de la información: ante la pérdida de su poder opresivo de censura explícita, muta hacia la accesibilidad de carácter "ilimitado".
Hoy en apariencia no existen entes reguladores, pero en realidad sólo han perdido su cara visible y operan por descompresion bajo el camuflaje del "beneficio", bajo el gran invento del "Servicio al Consumidor".
Ya no somos individuos, somos consumidores: miles de millones de ratas de laboratorio a quienes se nos estudia y mide conforme a la información y los medios tecnológicos que frecuentamos.
Acceso planetario "ilimitado" a través del dios de los servicios ( internet ) y su hueste "sagrada": redes sociales, celulares, ipods, entretenimientos, películas, series, juegos, información del mundo a destajo e incluso espacio para la nuestra ( la palabra "informática" es un acrónimo de las palabras "información"+"automatización", que garantiza una búsqueda inmediata y su posterior registro y almacenamiento ) todo en un contexto de mínimo esfuerzo, costos en constante declive y rapidez extrema ( para que tanto corramos todos que ni al tiempo le sobren dos o tres segundos para cuestionarse nada ).
Estando copiosamente informados, nos sentimos en condiciones de hablar, discutir, opinar, criticar etc. sobre "todos" los temas, sin siquiera intentar buscar la lógica de la información recibida, sinó simplemente reaccionando ante la estructura que la rodea y cómo èsta nos influye social y emocionalmente, cómo nos hace sentir integrados al rebaño y retroalimentados permanentemente en nuestros engaños autoinductivos.


Obsesos ( y obesos!! ) consumidores de información al paso, el caso es que estamos tan "informados" que no nos queda tiempo para digerir la información consumida, y mucho menos para profundizarla o cuestionarla.
A nuestra gula informática se le abre un tenedor libre, en donde la cocina de autor se ve arrasada por la hamburguesa del informado.
Esta hamburguesa es sólo un combo de datos destinados a alimentar la nimiedad, contra la cual entonces nos vemos obligados a librar una doble batalla, ya que como especie tenemos un morbo predispuesto constantemente a la superficialidad ( somos esclavos del show y su excitación de emociones primarias ), y un bíblicamente perezoso rechazo natural ( casi físico ) a la abstracción que supone cuestionar en lugar de achicar, investigar en lugar de aceptar.Aún cuando intelectualmente seamos conscientes de la importancia de no descuidar el ejercicio de estos procesos.
La evolución de la sofisticación en la manipulación tiene la enorme ventaja de conocer estos puntos débiles de nuestro consciente e inconsciente, y a éstos les agrega su propio engaño narrativo ( un simple poner el árbol decorado con luces navideñas frente a nuestras narices, para que desdeñemos querer ver el bosque, hasta descartarlo ). Así, quedan acorraladas casi mortalmente nuestras pocas posibilidades de analizar la sustancia de lo que recibimos, lo que quedó en el silencio y la oscuridad.
Por repetición decidimos rubricar estos miles de datos aleatorios y tendenciosos como un saber, y la posibilidad que nos dá de opinión, debate, y rebate ( incluso a los que verdaderamente saben ) alimenta nuestra ( también bíblica ) vanidad y nuestra tendencia natural a la parcialidad de buscar únicamente la confirmación de nuestros conocimientos y nó la de nuestra ignorancia.
El largo plazo nos ha traicionado demasiadas veces y solo nos ofrece la odiosa incertidumbre.

Todo debe ser a corto plazo y estar en movimiento constante. Carreras cortas, parejas cortas, cursos breves, "conozca al amor de su vida en 8 minutos!!" (declara un novedoso micro emprendimiento en este momento en la radio), invierta ahora, gaste YA que puede Ud. morir en los próximos 2 minutos!! ...
Antes, prohibición y castigo. Ahora bombardeo de estímulos.
En aquel momento la manipulación era explícita y mantenía abierta una invitación a la resistencia. Ahora, cubiertas las intenciones por el primer manto de invisibilidad inventado por esta civilización, lo aceptamos de buen grado, nos parece fantástico y somos felices consumidores de información.
Por supuesto sería muy injusto negar que los avances sociales y tecnológicos que se viven son algo maravilloso y una valiosísima conquista.
Pero debemos preguntarnos: ¿Qué hacemos nosotros con esos avances?, ¿los utilizamos realmente a nuestro favor para profundizar nuestra capacidad de pensamiento, para investigar, para evolucionar mentalmente a la par de la libertad y la tecnología? , o ¿simplemente los utilizamos desde la frivolidad de lo precario, desde la comodidad que nos dispensa y desde el espacio publicitario de nuestras propias vanidades?
Hace unos días, un gran amigo de la casa ( Osvaldo Trossero, otrossero.blogspot.com "El Blog de Otrossero" )nos envió una síntesis de un discurso a los intelectuales dado por el presidente de Uruguay ( sí, leyeron bien ) Pepe Mujica ( para leer el discurso entero: www.apiavirtual.com ) en el cual entre otras cosas interesantísimas decía que en internet tenemos todas las respuestas, pero que ahora nos van a faltar las preguntas correctas.
Que no nos convirtamos hoy en auto detractores, en copias autómatas de lo que combatimos en el ayer, en seres luchando contra su propia sombra.
Que la accesibilidad al todo no nos convierta en navegantes flotando en la superficialidad de la nada.


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