miércoles, 9 de enero de 2013

CLOUD ATLAS, LA PELÍCULA: MÁS CONTUNDENTE SUGIRIENDO QUE PREGONANDO

Cloud Atlas es una película que deja una sensación ambivalente, más allá de  la seguridad de haber visto un logro cinematográficamente extraordinario, si se tiene en cuenta lo extremadamente difícil y complejo que es embarcarse en la puesta en escena de seis historias ambientadas en distintas épocas, y además abordando casi todos los géneros cinematográficos: comedia, drama, thriller, aventura y ciencia ficción.
Si a esto se le suma la presencia de grandes glorias del cine ( aunque tal vez ya pasados de sus mejores momentos ) como Tom Hanks, Halle Berry, Susan Sarandon, Hugh Grant y Jim Broadbent y tres directores con grandes pergaminos  como los hermanos Wachowski ( Matrix ) y  Tom Tykwere (Corre, Lola, Corre ), todo parece encaminarse en dirección hacia una gran película, y sin embargo, si bien termina siendo un raro y admirable bien cinematográfico, ciertas inconsistencias le quitan el puntaje ideal al que podría haber aspirado.
Irónicamente,  logra sus mejores momentos cuando muestra lo que no pregona explícitamente y entrega resultados dispares y no del todo convincentes cuando intenta pregonar:  su intento de pintar cómo se construye el destino a través de nuestras acciones y omisiones y cómo éstas afectan a otras personas, se diluye debido a conexiones muy débiles y poco contundentes entre historias y personajes.
Por trazar un parelelo de intencionalidades al respecto, podríamos citar a la serie televisiva Touch , aunque en ésta los patrones que arrastran a los protagonistas son mucho mejor llevados e interconectados que en Cloud Atlas, donde los lazos son muy limitados perdiendo así el film la argamasa de la interconexión que pretende demostrar.
En cambio, las historias individuales, tres dirigidas por Tykwer ( los episodios históricos de 1872 1936 y 2012 ) y el resto por los hermanos Wachowski, despojadas de sus intentos de entrelazarse, son todas muy bien desarrolladas hasta su clímax  y los actores protagonizan excelentes actuaciones, desde Tom Hanks ( a veces no demasiado ayudado por un maquillaje al borde de lo grotesco ) y Halle Berry hasta los nó tan conocidos Ben Wishaw y  James D'Arcy
Pero quien "se roba" la película con su actuación es Jim Broadbent en su personificación de un editor perseguido por la mafia, dentro de una historia contada en tono de comedia, mientras los más desperdiciados o poco explotados parecen ser Susan Sarandon y Hugh Grant.
En cuanto a los directores, Tykwer logra su mejor momento cuando durante el desarrollo de la historia ambientada en 1849, arma una secuencia durante la cual un esclavo que viajaba de polizón en un barco, intenta demostrar sus habilidades como marinero para evitar ser arrojado al mar.
Mientras el hombre realiza, trepado a un mástil,  las piruetas necesarias para desplegar una vela, debajo suyo ocurre en menos de un minuto, una cadena de sucesos cuyo azaroso desenlace le salva la vida, pero Tykwer logra transmitir, casi aterradoramente al espectador, la impresión de que estuvo igualmente cerca  de morir, y que la diferencia entre un destino y otro, entre un futuro y otro, entre la vida y la muerte, pende constantemente de un hilo de incertidumbre.
Los hermanos Wahowski, por su parte, están "en su salsa" cuando ingresan a la historia futurista de Sonmi 451, una mujer diseñada genéticamente para ser mesera en una casa de comida chatarra destinada a morir, que es salvada por un revolucionario que intenta derrocar un despótico sistema capitalista salvaje que en el futuro ha refinado hasta la perfección sus macabros manifiestos actuales ( con una impactante referencia y homenaje a la película "Soylent Green", ya anticipada de ex profeso por Broadbent durante el trnacurso de la comedia del editor ).
Pero más contundentes aún se muestran los Wachowski cuando "106 inviernos después" se sitúan en un escenario post-apocalíptico donde sólo sobreviven tribus reducidas a la ignorancia y la superstición y restos de una raza evolucionada con tecnología muy avanzada: allí el tribal Zachry y la "Prescient" Meronym protagonizan una historia donde por primera vez en la película se entrelaza con fuerza con la historia previa de Sonmi 451, que de ser una mesera clonada es ahora la diosa máxima de las tribus sobrevivientes a "La Caída", llevada a
la idolatría por una serie de errores, fábulas y superticiones que denuncian contundentemente el orígen distorsivo de toda religión y de todo dios, y se convierte en un espejo de nuestra propia historia, pasada y presente ( particularmente relevante es cuando el primitivo Zachry le dice a Meronym "Ustedes hacen que los barcos vuelen" denunciando cómo trabaja la mente humana buscando desesperadamente relacionar lo desconocido a lugares y objetos comunes para poder comprenderlo, y trayendo inmediatamente al recuerdo los "barcos solares" egipcios y otras simbologías equivalentes que intentaban describir un pasado remoto tecnológico ).
Estos mensajes, implícitos todos, son transmitidos con gran contundencia y superan ampliamente los logros que arenga la película a través de sus diálogos, los cuales, además, son desparejos, en algunos casos cursis y en otros geniales.
El balance en definitiva es positivo, y la prueba está en  que no se siente el paso de las tres horas de la película, aunque igualmente, podría haber sido más corta sin perder nada esencial.

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