Se sabía que el faraón egipcio Ramsés III, gobernante del país durante 30 años y reogranizador de la administración del país, había sido derrocado con un golpe de estado, pero hasta el momento se desconocían los motivos de su muerte, incógnita que ha desvelado recientemente el estudio de su momia.
Un grupo de científicos italianos encontraron que el monarca fue degollado al descubrir una herida de cuchillo alrededor de su cuello a través de las envolturas de su cadáver.
Este faraón que fue venerado como un dios, encontró la muerte a manos de un asesino, o asesinos, enviados por su esposa, Tiyi, y su hijo Pentawere, el heredero del trono, según antiguos documentos como el Papiro Judicial de Turín, del año 1155 a. C., que denuncia a los participantes del complot pero no indican cómo culminó la traición.
Albert Zink, paleopatólogo del Instituto de las Momias y del Hombre de Hielo de Bolzano (Italia) y sus colegas escanearon la momia de Ramsés III mediante una tomografía computarizada de la momia y en la tráquea del faraón y sus arterias principales se evidenció que fueron cortadas con un tajo de 70 milímetros de ancho que casi llegó a la columna vertebral ( ver foto arriba ).
Los autores del estudio examinaron también la momia conocida como 'screaming mummy' ('momia gritona'), por su boca abierta y expresión estremecida, de un hombre desconocido de entre 18 y 20 años muerto ahorcado que se encuentra junto con Ramsés III en la cámara funeraria real ( ver foto abajo ) y encontraron pruebas genéticas de que era un pariente del faraón, probablemente su hijo el príncipe Pentawere, y que fue embalsamado sin extaerle los órganos y el cerebro, habiendo sido cubierto con piel de cabra, que en aquélla cultura era símbolo de impureza ( probablemente por haber sido obligado a suicidarse, causa suficiente considerado suficiente para purgar los pecados antes de pasar a la otra vida ).
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