Un médico rural brasileño que atiende a comunidades pobres en la ciudad de Salvador, en el noreste de Brasil, sufrió la suspensión de su licencia al ser denunciado por una paciente a quien recetó candados para adelgazar.
Adriana Santos, que pesa unos cien kilogramos, recibió del profesional una receta cuya prescripción indicaba "candados".
La sorprendida mujer le preguntó al facultativo dónde podía adquirir ese medicamento, a lo cual éste le contestó que en una ferretería, y que se colocara uno en la boca, otro en el congelador, otro en el armario y otro para el cofre de seguridad de la casa.
El periódico Folha do Sao Paulo informa que el Consejo Regional de Medicina de Bahía abrió una investigación, mientras el médico pidió disculpas en una entrevista con un canal de televisión local e intentó explicar que utilizó un idioma figurado y fue malinterpretado.
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