Con esto reforzaron la teoría presentada por primera vez en una conferencia en 1975 de que la Luna es parte de la Tierra, ayudando a resolver una pregunta sobre cómo podría ser físicamente posible.
Según los especialistas, hace 4.500 millones de años, un enorme cuerpo planetario del tamaño de Marte llamado Theia chocó contra la Tierra provocando un gran número de escombros que salieron despedidos hacia el espacio, y parte del mismo habría formado nuestra actual Luna.
Si eso es lo que sucedió, entonces la luna se compone sobre todo de material del colisionador, que se habría reencarnado en nuestro satélite natural, y nuestro planeta también contendría una parte de materia extraña.
Matija Cuk y sus colegas del Instituto SETI por su parte también realizaron una animación en la cual la Tierra giraba muy velozmente con un día de sólo 2,3 horas de duración y Theia, con la mitad de masa que Marte, penetra hasta el núcleo mismo de la Tierra y excava un enorme agujero en nuestro planeta, arrojando en el proceso material al espacio que forma un enorme disco a su alrededor.
Estos estudios realizados por grupos separados de investigadores son coincidentes y producen una luna con la misma composición química que el manto de la Tierra, lo cual coincide con las firmas químicas encontradas en los análisis con espectrómetros de rocas lunares realizados recientemente.
Asimismo, la ausencia de elementos llamados volátiles ( como el zinc ) en la Luna puede delatar un evento de fusión a gran escala en su historia cuyo enorme poder térmico eliminó dichos volátiles.
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