Durante el transcurso de un partido de fútbol por los cuartos de final de la Liga Asiática de Campeones que tenía lugar en Isfahan, Irán, el día de ayer, alguien desde las tribunas arrojó a la cancha una granada que estalló dentro del campo de juego.
Nadie resultó herido, pero el centrocampista Adel Kolahkaj se salvó milagrosamente de que la granada estalle en su mano, cuando casualmente se agachó para recoger el objeto sin saber lo que era y lo arrojó despreocupadamente a un costado del campo.
En el mismo instante en que la granada cayó al suelo, explotó, originando la estampida de jugadores , árbitro y demás funcionarios incluído Kolahkaj, quien cayó entonces en la cuenta que su acción pudo haberle costado la mano.
El partido se detuvo brevemente después de la explosión y se reanudó sin nuevos incidentes terminando empatado sin goles.
En el reporte de la Asian Football Confederation sobre el partido, no se mencionó el suceso.
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