El genoma humano extinto más detallado que se ha obtenido hasta la fecha fue aportado por un equipo científico del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipizig, Alemania, que lo extrajo de un fósil del tamaño de un grano de café.
Se trata del genoma de una niña perteneciente a un nuevo tipo humano llamado Denisovano, descubierto en 2010 en base a un par de dientes y una falange de un dedo meñique encontrada en una cueva en Siberia, Rusa
Los denisovanos eran distintos a los Homo sapiens primitivos y a los Neandertales y por lo que se sabe hasta el momento habitaban Siberia y Asia.
Utilizando nuevas técnicas de análisis de ADN que permiten aumentar la cantidad de ADN que puede extrerse de un fósil, el equipo de científicos que presentó a los denisovanos en 2010 ha conseguido ahora leer 30 veces su genoma completo, un nivel de detalle comparable al que puede lograrse hoy con una persona viva y más del doble que el que alcanzó el Proyecto Genoma Humano en 2003. y aporta nuevos detalles sobre los cruces que hubo entre neandertales, sapiens y denisovanos apuntando a que pudo haber más de los que se conocían hasta ahora.
El estudio, publicado en la revista Science, también probó que la especie denisovana se cruzó con el Homo Sapiens ( habitantes de Papúa Nueva Guinea y Australia llevan aún ADN denisovano ), y arrojó una lista de genes exclusivos de los humanos modernos, ocho de ellos relacionados con el desarrollo cerebral y las conexiones neuronales y con enfermedades de origen neurológico como el autismo, y determinó que los asiáticos y americanos tienen alrededor de un 20% más de contribución neandertal en su evolución que los europeos.
Los cambios en todos estos genes se dieron sólo en los Homo sapiens y se han conservado durante 100.000 años, por lo que puden ser claves para entender qué hace humano al ser humano, lo cual se sospecha tiene relación con cambios en la conectividad del cerebro, la prolongación de las neuronas llamadas dendritas y axones, y de las sinápsis.
Los dos genes de los ocho conectados con la función cerebral relacionados con el autismo sugieren una vez más que esa enfermedad pudo convertirse enr una característica fundamental para evolucionar hacia el humano moderno, sirviendo para otorgarnos la capacidad de ponernos en el lugar de otros, manipular al prójimo, mentir, desarrollar la política y crear grandes sociedades.
Se han descubierto más de 100.000 cambios en el orden de las letras que componen el ADN de los humanos modernos respecto a denisovanos, neandertales y chimpancés, de los cuales unos 260 pueden tener alguna función y 23 se han conservado durante los últimos 100.000 años.
Se trata del genoma de una niña perteneciente a un nuevo tipo humano llamado Denisovano, descubierto en 2010 en base a un par de dientes y una falange de un dedo meñique encontrada en una cueva en Siberia, Rusa
Utilizando nuevas técnicas de análisis de ADN que permiten aumentar la cantidad de ADN que puede extrerse de un fósil, el equipo de científicos que presentó a los denisovanos en 2010 ha conseguido ahora leer 30 veces su genoma completo, un nivel de detalle comparable al que puede lograrse hoy con una persona viva y más del doble que el que alcanzó el Proyecto Genoma Humano en 2003. y aporta nuevos detalles sobre los cruces que hubo entre neandertales, sapiens y denisovanos apuntando a que pudo haber más de los que se conocían hasta ahora.
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