El Mars Rover Curiosity de la NASA, programado para llegar al planeta rojo de este domingo, es del tamaño de una camioneta por una buena razón: está construido para transportar 165 kilos de instrumentos científicos a través de rocas y barrancos.
Pero dejar robots del tamaño de una Hummer en otros planetas no es del todo práctico: es caro ( sólo en combustible cuesta más de un millón y medio de dólares ), su consumo es altísimo y su alcance limitado.
Por eso, algunos investigadroes están planeando que la siguiente generación de Mars Rovers esté basada en nanobots, cada uno de los cuales sería una mil millonésima parte del tamaño del Curiosity.
Podrían ser desplegados como una verdadera nube de polvo inteligente y tener el tamaño de un grano de arena, impulsándose con el propio viento marciano, aprovechándose de la baja gravedad de Marte ( el 38% de la Tierra ).
John Barker, un físico de la Universidad de Glasgow, dice que, de acuerdo a las simulaciones de su ordenador, una liberación de 30.000 robots podrían cubrir miles de kilómetros cuadrados y cada robot podría contener un nanoprocessor, una antena para comunicarse con sus vecinos, un sensor para recoger datos y un electrodo que cambie de forma controlada el polímero de la cubierta, recogiendo datos y comunicando la información a la nave para que ésta los retransmita a la Tierra.
Estos polímeros ya están siendo desarrollados en laboratorio y Baker está trabajando en encontrar el tamaño ideal de los prototipos y cómo protegerlos contra los rayos cósmicos.
El programa se llama NASA ANTS (HORMIGAS) (Enjambre nanotecnológico Autónomo) y los diminutos robots han sido llmados TETwalkers, cada uno de los cuales es un tetraedro de nanotubos de carbono unido por articulaciones, y puede moverse por alargamiento o acortamiento de sus puntales, desplazando con ello su centro de gravedad hasta caer en la dirección deseada.
En conjunto, decenas de miles de TETwalkers podrían conectarse entre sí para formar dispositivos tales como exploradores y antenas, pudiendo a la vez viajar por el planeta en busca de signos de vida y agua.
Hasta ahora, los ingenieros han construido uno de dos metros de altura, un concept que se mueve respondiendo a órdenes humanas.
Pero dejar robots del tamaño de una Hummer en otros planetas no es del todo práctico: es caro ( sólo en combustible cuesta más de un millón y medio de dólares ), su consumo es altísimo y su alcance limitado.
Por eso, algunos investigadroes están planeando que la siguiente generación de Mars Rovers esté basada en nanobots, cada uno de los cuales sería una mil millonésima parte del tamaño del Curiosity.
Podrían ser desplegados como una verdadera nube de polvo inteligente y tener el tamaño de un grano de arena, impulsándose con el propio viento marciano, aprovechándose de la baja gravedad de Marte ( el 38% de la Tierra ).
John Barker, un físico de la Universidad de Glasgow, dice que, de acuerdo a las simulaciones de su ordenador, una liberación de 30.000 robots podrían cubrir miles de kilómetros cuadrados y cada robot podría contener un nanoprocessor, una antena para comunicarse con sus vecinos, un sensor para recoger datos y un electrodo que cambie de forma controlada el polímero de la cubierta, recogiendo datos y comunicando la información a la nave para que ésta los retransmita a la Tierra.
Estos polímeros ya están siendo desarrollados en laboratorio y Baker está trabajando en encontrar el tamaño ideal de los prototipos y cómo protegerlos contra los rayos cósmicos.
El programa se llama NASA ANTS (HORMIGAS) (Enjambre nanotecnológico Autónomo) y los diminutos robots han sido llmados TETwalkers, cada uno de los cuales es un tetraedro de nanotubos de carbono unido por articulaciones, y puede moverse por alargamiento o acortamiento de sus puntales, desplazando con ello su centro de gravedad hasta caer en la dirección deseada.
En conjunto, decenas de miles de TETwalkers podrían conectarse entre sí para formar dispositivos tales como exploradores y antenas, pudiendo a la vez viajar por el planeta en busca de signos de vida y agua.
Hasta ahora, los ingenieros han construido uno de dos metros de altura, un concept que se mueve respondiendo a órdenes humanas.
Por su parte Constantinos Mavroidis, un ingeniero de la Northeastern University, está trabajando en un plan teórico de lo que equivaldría a una base de nanobots en Marte llamada TerraXplorer que los protegería de las poderosas radiaciones cósmicas.
TerraXplorer sería una telaraña de nanotubos de carbono capaz de sobrevivir a 900º de temperatura.
TerraXplorer sería una telaraña de nanotubos de carbono capaz de sobrevivir a 900º de temperatura.
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