Esta herramienta de vigilancia que puede ser enterrada en el suelo confundiéndose con una roca común y pasando inadvertida para los transeúntes, es capaz de detectar y caracterizar cualquier persona que se mueva cerca e informar su ubicación a un puesto de comando y control remoto utilizando bandas de frecuencias sin licencia de radio.
Posee pilas autorecargables con energía solar que podrían durar hasta dos décadas y soportar hasta 80.000 recargas ( contra un centenar de ciclos que tiene una típica batería de litio ) y en principio el ejército norteamericano piensa estrenarlas en Afganistan, para poder continuar la vigilancia una vez que sus tropas se hayan retirado, habiendo ya colocado decenas de miles, cubriendo lo que se considera "espacio muerto", áreas que interesan pero que la vigilancia de inteligencia y reconocimiento no puede cubrir.
El gadget, creado por la firma Lockheed, también podría ser utilizado en la vigilancia de la frontera de los EE.UU. con México, aunque aún el Departamento de Defensa no ha autorizado su producción en masa, ya que Lockheed compite permanentemente con otras muchas empresas expertas en sensores de vigilancia como el Scorpion Systems o Darpa y sus subcontratados ( en este caso Microsystems Camgian ) que también tienen su propio proyecto "de 500.000 ciclos de recarga y 10 a 20 años de vida que enviará señales directamente a los satélites" según el CEO de la compañía Gary Butler.
Las anteriores versiones de UGSs han resultado demasiado grandes y torpes, propensas a falsas alarmas y con una vida útil muy corta ( cuando no eran descubiertas previamente ) y esta nueva generación, si bien promete más duración y eficiencia y menor consumo, los militares saben que esto debe probarse en el terreno, ya que existe una amplia gama de circunstancias que pueden afectar los sensores, como la sinuosidad del terreno, las interferencias magnéticas y la humedad ambiental, entre otros.
Posee pilas autorecargables con energía solar que podrían durar hasta dos décadas y soportar hasta 80.000 recargas ( contra un centenar de ciclos que tiene una típica batería de litio ) y en principio el ejército norteamericano piensa estrenarlas en Afganistan, para poder continuar la vigilancia una vez que sus tropas se hayan retirado, habiendo ya colocado decenas de miles, cubriendo lo que se considera "espacio muerto", áreas que interesan pero que la vigilancia de inteligencia y reconocimiento no puede cubrir.
El gadget, creado por la firma Lockheed, también podría ser utilizado en la vigilancia de la frontera de los EE.UU. con México, aunque aún el Departamento de Defensa no ha autorizado su producción en masa, ya que Lockheed compite permanentemente con otras muchas empresas expertas en sensores de vigilancia como el Scorpion Systems o Darpa y sus subcontratados ( en este caso Microsystems Camgian ) que también tienen su propio proyecto "de 500.000 ciclos de recarga y 10 a 20 años de vida que enviará señales directamente a los satélites" según el CEO de la compañía Gary Butler.
Las anteriores versiones de UGSs han resultado demasiado grandes y torpes, propensas a falsas alarmas y con una vida útil muy corta ( cuando no eran descubiertas previamente ) y esta nueva generación, si bien promete más duración y eficiencia y menor consumo, los militares saben que esto debe probarse en el terreno, ya que existe una amplia gama de circunstancias que pueden afectar los sensores, como la sinuosidad del terreno, las interferencias magnéticas y la humedad ambiental, entre otros.
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