Científicos israelíes de la compañía Tikkum Olam cultivaron marihuana extrayéndole su componente activo principal, el THC, responsable de los efectos psicoactivos de la planta, para permitir aprovechar su potencial medicinal y, al mismo tiempo, han estimulado en la nueva especie otros componentes activos que producen efectos benignos en pacientes con diabetes, enfermedades psiquiátricas, dolores crónicos y enfermedades terminales como el Cannabidiol y el Cannabinol.
La marihuana conserva su aspecto, aroma y sabor original pero no provoca aturdimiento.
Israel es líder mundial en el uso de marihuana con fines médicos, y posee un sistema controlado por el Comité contra la Droga del Parlamento israelí, Knesset, que tiene por objeto regular la distribución y establecer normas para controlar su uso médico, impidiendo que los pacientes tengan que acudir al mercado negro o enfrentarse con problemas burocráticos.
De acuerdo con estudios presentados por el Comité contra la Droga, en el país hebreo unos 9.000 pacientes recibieron una receta de cannabis medicinal en lo que va del año, un 57% más que el total registrado en 2011.
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