sábado, 26 de mayo de 2012

¿VIVIMOS DENTRO DE UN AGUJERO NEGRO?

El físico teorético Nicodem Poplawski de la Universidad de Indiana (Estados Unidos) insiste que ha descubierto cómo fue la naturaleza del Big Bang. Para él, nuestro Universo son entrañas de un agujero negro ubicado en el 'pra-universo madre'. Poplawski desarrolló desde hace tiempo un modelo teorético que postula que todos los agujeros negros astronómicos son entradas a túneles hipotéticos que unen diferentes regiones del espacio-tiempo (los llamados puentes Einstein-Rosen o 'agujeros de gusano'). Según él, al otro lado de los túneles están las antípodas de los agujeros negros; es decir, los agujeros blancos.
Si los agujeros negros son zonas del espacio con una gravedad tan fuerte que ningún objeto, aunque se mueva con la velocidad de luz, puede abandonarlas; los blancos, en cambio, son zonas adonde nada puede penetrar. Mientras tanto, dentro de los túneles se crean condiciones que parecen a un Universo en expansión. Según Poplawski, el espacio-tiempo es flexible y torcido. La torsión podía influir los procesos en el espacio-tiempo solo en un Universo temprano, cuando las distancias entre las partículas eran muy pequeñas, mientras que los efectos cuánticos eran muy fuertes. El físico insiste en que en aquel entonces la torsión fue una potente fuerza de repulsión que resistía a las fuerzas de gravedad.
El modelo Poplawski presupone que cuando una estrella está convirtiéndose en un agujero negro, las fuerzas de gravedad prevalecen, comprimiendo la materia hasta una densidad muy alta. Sin embargo, la materia no consigue una densidad infinita. Cuanto más fuerte que se haga la compresión, los efectos cuánticos también se hacen más fuertes y la torsión resiste la retorsión gravitatoria cada vez más y más. En un momento determinado, el agujero negro se apodera de tanta materia del 'pra-universo' que lo rodea y consigue una densidad tan alta, que esto refuerza la torsión hasta tal grado que este provoca un Big Bang. En los instantes iniciales, la expansión del universo fue ultrarrápida pero luego se demoró, debido a la caída de la fuerza de torsión.
Poplawski opina que la torsión hizo también a la materia descomponerse en electronos y quarks y a la antimateria, a transformarse en la materia oscura. Con esto explica el desbalance actual: la antimateria es un déficit, ya que desde el Big Bang se convirtió en la materia oscura. Para él, el interior de cada agujero negro se convierte en un nuevo Universo. El físico estadounidense está seguro de que las observaciones astronómicas actuales comprueban la vitalidad de su teoría. Acentúa que todas las estrellas y agujeros negros giran, sería lógico si el nuestro universo heredara el eje de rotación del agujero negro ‘padre’ como “una dirección preferida”.
Subraya que los últimos informes que incluyen observaciones de más de 15.000 galaxias muestran que en un hemisferio del Universo la mayoría de las galaxias espirales son ‘zurdas’, es decir, giran en sentido horario, mientras que en el otro hemisferio la mayoría son ‘diestras’. Para él, esto es una prueba firme de su teoría. Poplawski está trabajando en el tema desde hace años. Por primera vez presentó al público todos los detalles de su modelo definitivo en 2010. En aquel entonces recibió unas fuertes críticas al respecto: la mayoría de los expertos coincidía en que su teoría no era capaz de ofrecer ningún método para comprobarla. Sin embargo, esto no pareció desanimar al físico. Sigue desarrollando el modelo, según muestran sus últimas publicaciones en Insidescience y Physorg.

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