En la Universidad de Munich, los científicos Michael Jentshcel y Dietrich Habs acaban de demostrar que no es imposible refractar los rayos gamma, contrariamente a la suposición en contrario que mantenía la ciencia hasta ahora.
Como siempre ocurre, todo consiste en crear las condiciones y el material adecuado, en este caso el oro, que posee grandes átomos y puede doblar más los rayos.
El descubrimiento significa que, focalizando estos haces correctamente, podrían por ejemplo detectar material radiactivo e incluso convertirlo en inerte frotando neutrones y protones, pudiendo - en teoría - convertir en inofensivos los residuos de una central nuclear.
Obviamente, falta avanzar mucho aún para llegar a estos supuestos, pero es la proyección de este gran descubrimiento.
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