domingo, 27 de mayo de 2012

ABSURDO INTENTO DE PRECISAR LA FECHA EXACTA DE LA MUERTE DE JESÚS

Geólogos estadounidenses y alemanes, guiándose por comparaciones entre los textos del Nuevo Testamento, los cuatro evangelios declarados oficiales y datos sísmicos de la región del Mar Muerto de la época, han desarrollado la creencia de ser capaces de determinar la fecha exacta de la muerte de Jesús, la cual fijaron en el 3 de abril del año 33.
Jefferson Williams, de la organización Supersonic Geophysical, y Markus Schwab y Achim Brauer, del Centro de Investigación Geológica de Alemania, tuvieron en cuenta  también observaciones astronómicas históricas, y el mix mostró que la zona sufrió un fuerte terremoto el año 31 y otro en el período que vá desde el año 26 al 36.
Como en el capítulo 27 del evangelio de San Mateo se relata que mientras Jesús agonizaba en la cruz, un fuerte terremoto sacudió la zona, los expertos investigaron la historia sísmica y obviamente, arribaron a cálculos  inexactos y subjetivos, ya que el primer sismo se supone ocurrió a unos 20 kilómetros de Jerusalén mientras el segundo está estimado en un abanico de una década, con lo cual es imposible determinar como afirman los geólogos en cuestión si el mismo se produjo en los días en los cuales Poncio Pilato era procurador de Judea, con lo cual en estricto sentido científico es completamente imposible fijar la fecha que los estudiosos han sugerido.
Además, cabe destacar que los evangelios, generalmente considerados documentos únicos e incuestionable verdad histórica, no lo son tanto: en el año 325 d.c. tuvo lugar el nefasto evento conocido como Concilio de Nicea, aquelarre durante el cual se manipularon circunstancias históricas para que fueran funcionales a la iglesia, incluída la supuesta crucifixión de uno de los grandes íconos religiosos, abstracción de la razón y personificación de la piedad como fuera Jesús de Nazareth.
Para ese entonces, existían redactados 270 evangelios y para elegir los que ahora conocemos como definitivos, se utilizó la "dedocracia divina": se colocó en un cuarto todos los evangelios existentes, se cerró el cuarto con llave y se dejó "vacío" durante toda la noche para que "dios eligiera los que auténticamente relataban los eventos".
A la mañana siguiente, "milagrosamente" sólo quedaban los evangelios actuales y a partir de allí los otros 266 fueron considerados"apócrifos" y "herejes".
Obviamente, nadie se atrevió a preguntar quién tenía la llave de esa habitación.

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