viernes, 30 de marzo de 2012

TCI: ENTREVISTAS CON LA MUERTE

TRANSCOMUNICACIONES INSTRUMENTALES CON EL MÁS ALLÁ
La sigla T.C.I. ( Transcomunicación Instrumental ), término acuñado por el físico alemán Ernst Senkowski, engloba la intención de captar tecnológicamente, y sin necesidad de poseer capacidades mediumnicas, registros psicofonicos y otros fenómenos que permitan probar la sobreexistencia después de la muerte.
Ya con los primeros fonógrafos se registraron fenómenos inquietantes ( en 1901 el antropólogo Wadelmar Borgas grabó accidentalmente entre los cánticos de unos chamanes siberianos unos coros de voces desconocidas que se superponían a los de los brujos ).
Tesla, Edison, Marconi, Jürgenson, las hermanas Fox, Alcock, Bacci, Raudive fueron también testigos de voces de naturaleza desconocida impregnando sus equipos sin ninguna explicación.
Una de las experiencias más impactantes la protagonizó en la década del 70 el italiano Marcello Bacci, quien a través de las ondas de una radio valvular mantuvo verdaderos diálogos entre voluntarios y voces de procedencia enigmática, que incluso llevaron su participación al extremo de interrumpir a los presentes y que continuaron la comunicación aún cuando se retiraron las válvulas de la radio (¡!).

Similares resultados lograron Scott Rogo, Hans Otto Köring, la italiana Rafaella Gremese y el alemán Klaus Schriebner ( que incluyeron imágenes televisivas y fotos realmente impactantes ), la diplomática portuguesa Anabela Cardoso y el médium y técnico en electrónica norteamericano William O’Neil, quien construyó un equipo especial para este tipo de búsquedas llamado Spiricom.
Muchísimas personas de educación avanzada y alto nivel intelectual, alejados de patologías generadoras de morbos y miedos ( aún cuando es necesario recordar que todos somos vulnerables emocionalmente independientemente de nuestro conocimiento y cultura ) ,
decidieron involucrarse en estas prácticas, y en algunos casos las experiencias cambiaron su forma de pensar y percibir la realidad, convencidos de que seres queridos que han fallecido continúan “viviendo” de alguna manera y que es posible entrar en contacto con ellos, aunque todo depende de la propia convicción y el criterio para liberarla de obsesiones personales.
La digitalización eliminó algunos elementos distorsivos en las experiencias, como “sombras” de grabaciones anteriores en las cintas magnéticas, ruidos del propio motor del grabador, etc.,
aunque no lo pudo hacer con ruidos externos que enmascaran y generan falsas interpretaciones, interferencias electrónicas de emisoras radiales que entran en resonancia con los componentes del equipo utilizado, o ilusiones sensoriales provocadas por la propia mente.
Por otra parte, ahora es posible visualizar gráficamente, aislar y amplificar a voluntad determinados sonidos del resto así como someterlos a diversos filtrados y ecualizados que en la época de las cintas magnéticas era inimaginable.
Se han ido incorporando medios tecnológicos antes ausentes, como la telefonía ( un furibundo detractor del espiritismo, el escritor Coelho Neto,
confesó en 1923 haber recibido un llamado de su nieta fallecida y el brasilero Oscar D’Argonmel dijo en 1925 haber mantenido largas conversaciones con gente muerta durante dos años ), las imágenes espontáneas a través de una pantalla de televisión
o mensajes a través de los computadores ( como los alemanes Adolf Homes y Manfred Boden o el matrimonio Harsh-Fischbach quienes han recibido mensajes incluso en formato de audio e imágen ).
Los expertos explican que las psicofonías suelen sonar con estructuras coloquiales diferentes a las habituales, frases rítmicas con eco y pocas palabras, aunque generalmente consiguen transmitir perfectamente su estado de ánimo.
Se ha conseguido medir que durante una recepción paranormal, las radiaciones electromagnéticas del cerebro humano aumentan, siendo controversial hasta qué punto la participación de dicha actividad bioeléctrica es confirmatoria del fenómeno o generadora del mismo.
Se sabe que un grupo de meditación crea un campo de conciencia con propiedades que interactúan con la materia, y que algunos aparatos electrónicos pueden ser modificados a través de una intención mental con convicción e intensidad.
El electromagnetismo, la gravedad y las capacidades psíquicas están interconectadas en una especie de “limbo” y esto vale, hasta donde sabemos, para los seres vivos, pero nadie puede aseverar que entidades comunicantes desde otras dimensiones
puedan también imprimir psicoquinéticamente los aparatos tecnológicos, más allá de la eficiencia que puedan tener desde un espacio-tiempo diferente para proyectar niveles de conciencia que nos sean reconocibles
( nosotros mismos como seres vivos aún no hemos encontrado una fórmula adecuada para entablar comunicación con otras especies inteligentes de otros universos, aunque lo intentamos desde las limitaciones de lo material, frontera que no existiría para los muertos ).
Nuestra realidad como seres vivientes, es apenas uno de los múltiples estados de conciencia que coexistien en la trama de la creación, incluso simultáneamente; una parte extremadamente limitada de un complejísimo sistema universal que está más allá del espacio y el tiempo.
Si somos capaces de reconocer la necesidad de recuperar la interconexión de nuestra dimensión material con otras de dominio psíquico, de alguna manera estamos convalidando que la Mente fue anterior a la materia y por consiguiente estamos aceptando que la trascenderá también, tal vez dentro de un espacio-tiempo diferente al de La Tierra.
¿UNA PSICOFONÍA MORTAL?
El equipo de Cuarto Milenio difundió un fragmento de una psicofonía, que, según su criterio, es la más importante jamás grabada, y la cual, al parecer, ocasionó la muerte de una persona que la escuchó completa. Por eso, sólo se difunden fragmentos.Fue grabada en el sótano de una persona famosa adepta a este tipo de experiencias. Aquí vá para quien se atreva:

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