Los grotescos, polémicos, invasivos, cancerígenos, costosísimos y absolutamente innecesarios scanners corporales “plantados” en todos los aeropuertos estadounidenses acaban de demostrar que, por si todas sus espantosas propiedades enumeradas previamente fueran pocas, también son completamente inútiles.
Estados Unidos, que ya debería haber derrumbado hace más de diez años la estatua de la Libertad o al menos haberle agregado una enorme venda en sus ojos para no llevar la hipocresía a un extremo tan bizarro, manifiesta con este tipo de medidas su extremadamente peligrosa paranoia severa que, como toda paranoia, carece de sentido común.
En primer lugar, es de por sí torpe extremar las medidas de seguridad en los aeropuertos, porque cualquier organización con dos dedos de frente difícilmente volvería a intentar una movida como la que ya llevó a cabo en lugares equivalentes, sinó que precisamente aprovecharía los lugares descuidados por ese recargo de personal de seguridad en los sitios que no utilizarían nuevamente.
¿Acaso habría sido lógico que los griegos intentaran con un segundo caballo de Troya el asalto de otro énclave ?.
Por supuesto que nó, completamente inconcebible ¿Verdad?.
Pues las fuerzas de seguridad norteamericanas piensan que los equivalentes contemporáneos de los griegos harán precisamente eso: seguirán utilizando caballos de Troya.
La seguridad que vá corriendo detrás de los hechos consumados no es seguridad, es apenas una parodia a gran escala, y ocurre con el ser humano cuando el miedo domina el cuadro y exacerba la falacia inductiva, patología inherente a nuestra especie.
En segundo lugar, con respecto a los scanners de mil millones de dólares de costo, el ingeniero Jonathan Corbett ha publicado un video donde demuestra cómo pasó sin inconvenientes por dos de estos monstruos una caja de metal en un bolsillo lateral suturado especialmente en su camisa.
Y lo consiguió por la increíblemente sencilla razón de que si el objeto metálico no está colocado directamente sobre el cuerpo, no provoca el contraste necesario para ser detectado, volviéndose completamente invisible.
Corbett explicó además que la misma caja habría hecho sonar la alarma en el antiguo sistema de detección.
Su revelación se produce tan sólo semanas después de que Europa prohibió en los aeropuertos este tipo de registro corporal debido al temor de que su uso podría causar cáncer ( que, de hecho, lo causan y no en la proporción ínfima que pretende la TSA norteamericana ).
"No es posible que sea tan fácil de superar un equipo de mil millones de dólares ¿no?. La TSA no puede ser tan estúpida, ¿verdad? Desafortunadamente, ellos pueden, y lo son. " – reflexiona Corbett con contundente certeza, luego de realizar su prueba en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale primero y luego repetirlo en el aeropuerto internacional en Cleveland-Hopkins, filmando todo el proceso en ambos casos subiéndo el video a YouTube.
"Yo llevaba una caja de metal vacía, pero igualmente podría haber estado llena de cuchillas de afeitar, explosivos, o unos cuantos gramos de cocaína, y con un bolsillo más grandes cosido a la camisa, podría haber pasado un arma con total naturalidad”-continuó Jonathan agregando: "El programa de escáner de cuerpo desnudo no es más que un fraude gigantesco”.
FUENTE: EMAIL ONLINE
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