Pequeños parches del grosor de un cabello humano pronto podrían convertirse en una especie de médico personal permanente y controlar la salud del usuario adheridos a la piel como un tatuaje temporal.
Esta piel electrónica adhesiva está siendo desarrollada desde hace unos 12 años, y será capaz de monitorear todos los signos vitales y vigilar el ritmo cardíaco, la diabetes, la deshidratación, la temperatura, lsa contracciones musculares o incluso ayudar a sanar heridas más rápidamente estimulando las contracciones musculares, personalizándose en cada caso en qué control se quiere hacer mayor hincapié.
Con el tiempo, el uso de esta tecnología desarrollada en este caso por el profesor John Rogers de la Universidad de Illinois en los EE.UU. podrá reemplazar los EEG y los electrocardiogramas y electroencefalogramas, con todo su engorro, costo en dinero y en pérdidas de tiempo de una manera completamente no invasiva y mientras el paciente está cómodamente en su hogar.
Los parches lucen como el microchip de un teléfono móvil, pero están hechos de membranas de silicio muy delgadas diseñadas para ser discretas y respetar las elongaciones y demás movimientos del cuerpo e ideadas para transmitir los datos a una computadora o smartphone, o al médico de cabecera para su análisis, siendo resistentes al agua, al jabón y al sudor, con una duración de aproximadamente 10 días.
Saldrán a la venta a fines de este año, con un valor de aproximadamente 10 dólares en el primer mundo y en principio serán utilizados en clínicas y hospitales.
Esta piel electrónica adhesiva está siendo desarrollada desde hace unos 12 años, y será capaz de monitorear todos los signos vitales y vigilar el ritmo cardíaco, la diabetes, la deshidratación, la temperatura, lsa contracciones musculares o incluso ayudar a sanar heridas más rápidamente estimulando las contracciones musculares, personalizándose en cada caso en qué control se quiere hacer mayor hincapié.
Los parches lucen como el microchip de un teléfono móvil, pero están hechos de membranas de silicio muy delgadas diseñadas para ser discretas y respetar las elongaciones y demás movimientos del cuerpo e ideadas para transmitir los datos a una computadora o smartphone, o al médico de cabecera para su análisis, siendo resistentes al agua, al jabón y al sudor, con una duración de aproximadamente 10 días.
Saldrán a la venta a fines de este año, con un valor de aproximadamente 10 dólares en el primer mundo y en principio serán utilizados en clínicas y hospitales.
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