Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con un equipo científico de la Academia de Ciencias de Eslovaquia, han construido un cilindro invisible a los campos magnéticos estáticos.
El equipo trabajó sobre un cilindro con dos capas concéntricas, en la cual la capa interior consta de un material superconductor que evita que el campo magnético llegue al interior, y la distorsión que genera el campo magnético exterior ( que haría el dispositivo igualmente detectable ) es contraarrestada por la capa exterior, para lo cual se la recubrió con un material ferromagnético consistente en una aleación de hierro, cromo y níquel.
De esta manera, el superconductor repele los campos magnéticos y el material exterior los atrae, no teniendo en consecuencia ningún efecto sobre las líneas de dichos campos y no puede ser detectado.
El descubrimiento podría tener aplicaciones prácticas en el campo de la medicina y en el militar pero también podría servir para burlar controles de seguridad.
Efectivamente, según el artículo publicado en la revista Science por el líder del equipo investigador, Álvaro Sánchez, la capa podría ser utilizada tanto por pacientes que lleven implantado un marcapasos y necesiten hacerse una resonancia magnética sin que la imagen resulte distorsionad, como para ocultar armas en controles de seguridad.
La teoría sobre la cual se sustentan las capas de invisibilidad fue presentada por primera vez en 2006 por físicos estadounidenses e ingleses que desarrollaron un dispositivo que permitía la invisibilidad de ciertos objetos usando los denominados metamateriales, que poseen extrañas propiedades ópticas gracias a las cuales la luz toma una dirección contraria a la habitual al rebotar en ellos.
El equipo trabajó sobre un cilindro con dos capas concéntricas, en la cual la capa interior consta de un material superconductor que evita que el campo magnético llegue al interior, y la distorsión que genera el campo magnético exterior ( que haría el dispositivo igualmente detectable ) es contraarrestada por la capa exterior, para lo cual se la recubrió con un material ferromagnético consistente en una aleación de hierro, cromo y níquel.
De esta manera, el superconductor repele los campos magnéticos y el material exterior los atrae, no teniendo en consecuencia ningún efecto sobre las líneas de dichos campos y no puede ser detectado.
El descubrimiento podría tener aplicaciones prácticas en el campo de la medicina y en el militar pero también podría servir para burlar controles de seguridad.
Efectivamente, según el artículo publicado en la revista Science por el líder del equipo investigador, Álvaro Sánchez, la capa podría ser utilizada tanto por pacientes que lleven implantado un marcapasos y necesiten hacerse una resonancia magnética sin que la imagen resulte distorsionad, como para ocultar armas en controles de seguridad.
La teoría sobre la cual se sustentan las capas de invisibilidad fue presentada por primera vez en 2006 por físicos estadounidenses e ingleses que desarrollaron un dispositivo que permitía la invisibilidad de ciertos objetos usando los denominados metamateriales, que poseen extrañas propiedades ópticas gracias a las cuales la luz toma una dirección contraria a la habitual al rebotar en ellos.
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