En Montreal ( Canadá ) el pasado lunes 12 de marzo se inició un juicio considerado histórico, no sólo por tratarse del mayor caso civil en la historia jurídica del país del norte ni por las indemnizaciones por daños y perjuicios que se reclaman a las tabacaleras ( 27.000 millones de dólares ) sinó porque podría obligarlas a revelar sus más ocultos secretos respecto a esta perversa industria.
El juicio es llevado a cabo por cientos de miles de fumadores contra las cuatro empresas fabricantes de cigarrillos más importantes de Canadá: Benson & Hedges, Rothmans, Imperial Tobacco Canada y JTI-Macdonald.
El director de Asuntos Públicos de la Asociación Canadiense contra el Cáncer (CCS) declaró que la intención del juicio es establecer la responsabilidad por el daño causado a la salud de la población de Quebec.
La primera de las demandas fue presentada en 1998 en nombre de Jean-Yves Blais, de 67 años de edad afectado por un cáncer de pulmón que lo llevó a la extirpación de parte de uno de ellos.
Blais, que sigue vivo y fuma más de un paquete al día porque, según ha declarado, es incapaz de dejar el vicio, reclamó 105.000 dólares para cada uno de los fumadores de Québec que han sufrido cáncer de pulmón, laringe o garganta, así como enfisema.
A esta demanda le sucedió otra presentada por Cecilia Letorneau, en nombre de los 1,8 millones de fumadores de Québec, y en el año 2005, el Tribunal Supremo de Québec ordenó consolidar las dos demandas populares en un sólo caso.
Los demandantes acusan a las empresas de haber ocultado durante años las tóxicas consecuencias médicas del tabaquismo pese a poseer en su poder estudios que las demostraban.
Imperial Tobacco, la única de las tres compañías demandadas que hizo comentarios, expresó a través de un comunicado su satisfacción con el inicio del juicio asegurando que la responsabilidad recae sobre las autoridades canadienses, que fueron desde siempre sus "socios virtuales" y que si pierden el juicio pretenderán que sea el Gobierno canadiense quien pague las compensaciones.
"Agradecemos la oportunidad de contar toda la historia sobre el desarrollo, producción, promoción y venta de tabaco en Canadá" concluyó el vocero de la empresa.
Imperial Tobacco recordó que el Gobierno canadiense "ha legalizado, regulado de forma extrema y aplicado impuestos al sector del tabaco" y señaló que las autoridades "han sido durante décadas socios virtuales del sector en todos los aspectos de fabricación y comercialización de los productos derivados del tabaco".
Es la típica reacción de toda multinacional: mientras haya ganancias, son para ellas.
Cuando se trata de pérdidas, se transfiere invariablemente el “muerto” al estado.
Pero esta vez está en duda si la jugada las podrá dejar impunes: los demandantes las acusan además de destruir documentos para dificultar las acciones legales.
"Además de solicitar la compensación para las víctimas del sector del tabaco, el juicio proporciona una oportunidad excelente para descubrir la verdad sobre el conocimiento de las compañías tabaqueras y su conducta".
"Se espera que se presenten como pruebas documentos internos y secretos de las compañías tabaqueras, lo que proporcionará la oportunidad de descubrir las muchas tácticas engañosas empleadas por esta industria sin escrúpulos", afirmó la Asociación Contra el Cáncer de Canadá.
Obviamente, el juicio ha originado acciones similares en otras provincias canadienses.
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