Una vez más, los rusos se preparan para una carrera contra el tiempo para intentar penetrar un mundo oculto que no ha visto la luz del día por 20 millones de años.
El lago Vostok, ha sido literalmente congelado en el tiempo y duerme su sueño milenario debajo del hielo antártico.
El año pasado los científicos, que trabajan con temperaturas bajo cero, avanzaron mucho en las excavaciones y ahora están muy cerca de lograr el ansiado objetivo, cuyo estudio podría permitir descubrir formas de vida completamente desconocidas, que existieron hace 20 millones de años, pero tienen muy poco tiempo pues el verano está por terminar y deberán dejar la zona en unos días ( o podrían morir congelados ), pudiendo retornar recién en diciembre.
En el momento de la perforación se deberá tener sumo cuidado de no contaminar el mundo subterráneo con los fluídos propios de la perforación o con bacterias, para lo cual la maquinaria que utilizarán ni siquiera tocará el lago sinó que utilizará un mecanismo de succión aspirando el agua ( que se congelará antes de llegar a la superficie ).
Con terribles vientos huracanados y un frío aterrador, la zona de extracción es una de las más inhóspitas del planeta con temperaturas de – 66 C, la más baja jamás registrada en la Tierra ( en 1983, la marca llegó a – 89.2C ) y la estación allí instalada cuenta con 169 personas trabajando durante el verano, entre personal científico, técnico y de apoyo, que, de no mediar imprevistos, se convertirán este año en protagonistas históricos.
El equipo también corre el riesgo de una explosión del oxígeno y el nitrógeno atrapado debajo, y están tratando de asegurarse de liberar sólo una pequeña cantidad de aire para evitar dicho riesgo.
Los científicos han perforado 24 horas al día en tres turnos este enorme lago de 5.400 kilómetros cúbicos de agua dulce que ni siquiera se sabía que existía hasta la década de 1990.
Si todo sale bien, será un gran avance para la comprensión de nuestro planeta, las lunas de nuestro sistema solar e incluso de otros planetas.
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