El hediondo proyecto inquisidor cuyo caballo de Troya era la supuesta protección de los derechos de propiedad intelectual sufrió dos golpes de K.O. inesperados justo cuando parecía que iba ganando la pelea: en el congreso de los Estados Unidos se decidió aplazar su discusión ( estaba prevista para el 24 de enero ), lo cual generalmente significa
un congelamiento por tiempo indefinido, mientras que en la propia Casa Blanca, a través del blog oficial de la presidencia, tres funcionarios autorizados por Barack Obama anunciaron que no se apoyarán leyes contra la piratería en Internet si las mismas fomentan la censura, socavan la seguridad o alteran la estructura de la red cibernética.
Por su parte, el Congreso notificó al público la suspensión de la polémica ley SOPA (Stop Online Piracy Act) luego de que su promotor, el representante republicano Lamar Smith, rechazara la idea inicial de bloquear el acceso a los sitios sospechosos de violar la
propiedad intelectual, presionado por la propia opinión pública y por los gigantes de Internet como Google, Facebook, Wikipedia, eBay o Amazon , que amenazaron con interrumpir sus servicios en señal de protesta.
La ley amenaza evidentemente la libertad de expresión y los derechos de privacidad promoviendo la censura directa en internet, incluso sin necesidad de proceso judicial ( muy al estilo de la igualmente espantosa “ley patriota” norteamericana ), y, de ser promulgada, propiciaría la desaparición de muchos contenidos e incluso de las redes sociales, es decir,
el fin de internet tal y cual se manifiesta actualmente, a la vez que pone en flagrante evidencia que dentro del país que alza sus banderas en supuesta defensa de las libertades civiles, se cultivan ideas dictatoriales de la más pura cepa, que harían ruborizar a más de un gobierno explícitamente totalitario.
El Departamento de Seguridad ( que siempre se ha caracterizado por hacer sin autorización lo que la ley dicta que debe ser previamente autorizado ) ya se encuentra analizando ( sin al parecer importarle en lo más mínimo la evolución de la sanción de la inquisidora ley ) decenas de páginas, foros, blogs, sitios web e incluso las redes sociales como Facebook, MySpace y Twitter ( incluídos sus miniblogs ) o sitios para compartir data como Flickr, Hulu o YouTube.
Actualmente, un estudiante británico de 23 años, Richard O’Dwyer, ha sido extraditado desde su país a EE.UU. y enfrenta el peligro de una condena de hasta 10 años de prisión por publicar en su blog, TVShack, enlaces que llevaban a programas televisivos estadounidenses.
La defensa de O’Dwyer apelará la decisión basándola en que el sitio no contenía archivos ilegales ni utilizaba servidores norteamericanos.
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