La reputación de la terapia de reemplazo hormonal se ha visto empañada en los últimos años por los temores sobre su seguridad y el aumento del riesgo de ataques cardíacos, cáncer de mama y accidentes cerebrovasculares que implica su utilización, aunque la interrelación de muchas de estas patologías con el tratamiento hormonal han sido rechazadas recientemente por investigadores de varios países.
DHEA es una hormona de origen natural, en gran parte producida en las glándulas suprarrenales de hombres y mujeres y actúa como una "hormona madre" en la administración de las hormonas sexuales como el estrógeno, la progesterona y la testosterona, regulando su flujo conforme a la edad: alcanza su caudal máximo alrededor de los 30 años de edad y luego vá disminuyéndolo gradualmente.
Durante la última década algunas investigaciones han sugerido que suplementos de esta hormona, que fue descubierta en los años setenta, podría ayudar a afrontar los síntomas de la menopausia al aumentar los estrógenos.
DHEA es sintetizada a partir de extractos de plantas silvestres de la misma manera que otros suplementos "naturales" y es biológicamente idéntica a las hormonas propias de la mujer, a diferencia de las hormonas "artificiales" que se utilizan en la terapia de reemplazo hormonal ( TRH ), e igualmente eficiente incluso en la revitalización energética y de claridad mental.
De todas maneras, muchos médicos se muestran cautelosos respecto a su uso dado que su seguridad y efectos colaterales a largo plazo aún no han sido comprobados, y las opiniones se encuentran divididas sobre si estos suplementos deben ser considerados una alternativa segura a la terapia de reemplazo hormonal
Algunos críticos argumentan que estas hormonas naturales se hacen en los laboratorios de la misma manera que los producidos por las compañías farmacéuticas y que su posología no está regulada.
DHEA no debe tomarse sin chequear primero el nivel propio de la hormona producida por el organismo de cada paciente, por el hecho de que su administración a mujeres con niveles normales naturales pueden causar efectos secundarios no deseados como vello facial y acné.
De todas maneras, muchos médicos se muestran cautelosos respecto a su uso dado que su seguridad y efectos colaterales a largo plazo aún no han sido comprobados, y las opiniones se encuentran divididas sobre si estos suplementos deben ser considerados una alternativa segura a la terapia de reemplazo hormonal
Algunos críticos argumentan que estas hormonas naturales se hacen en los laboratorios de la misma manera que los producidos por las compañías farmacéuticas y que su posología no está regulada.
DHEA no debe tomarse sin chequear primero el nivel propio de la hormona producida por el organismo de cada paciente, por el hecho de que su administración a mujeres con niveles normales naturales pueden causar efectos secundarios no deseados como vello facial y acné.
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