Un ex analista de la NSA, Jim Stone, ha desarrollado y hecho pública una controvertida teoría respecto a la catástrofe que sacudió Japón en marzo del año pasado, sobre la cual nos reservamos nuestro derecho de opinión pero que a la vez deseamos difundir, contrariamente a la actitud que han tomado al respecto la mayoría de los medios de difusión, para que cada uno saque sus propias conclusiones dentro de un ámbito de debate empírico, libre de prejuicios tanto respecto a que ideas complejas y nó fácilmente digeribles no son necesariamente síntomas de una mente confusa, como a poder ver sólo versiones alternativas ignorando la que de hecho tuvo lugar, sinó simplemente observar la dispersión entre las diversas teorías y obtener así un ángulo de visión de un grado mucho más amplio y hacer una más correcta distinción entre ruido e información, quitándole a esta catástrofe japonesa lo determinista de una única observación.
El hombre sabio escucha los significados, el idiota sólo los ruidos, y aún así se debe considerar constantemente que estamos seriamente condicionados y no tenemos un muy firme sentido de la historia como para reflexionar hacia atrás.
Dicho todo esto, pasamos a exponer la teoría de Stone, quien sostiene que no hubo ningún terremoto, y que el tsunami fue causado por la detonación de bombas nucleares en el mar, mientras la explosión de la central nuclear de Fukushima y la posterior fundición de sus reactores fue causada por la detonación de mini-armas nucleares ocultas dentro de cámaras secretas instaladas por una empresa de seguridad israelí.
Dicho todo esto, pasamos a exponer la teoría de Stone, quien sostiene que no hubo ningún terremoto, y que el tsunami fue causado por la detonación de bombas nucleares en el mar, mientras la explosión de la central nuclear de Fukushima y la posterior fundición de sus reactores fue causada por la detonación de mini-armas nucleares ocultas dentro de cámaras secretas instaladas por una empresa de seguridad israelí.
La razón de este acto habría sido castigar a Japón por colaborar técnicamente con Irán para enriquecer su uranio y acelerar el proceso de fabricación de armas nucleares.
Veamos el esquema que construye Stone:
El 17 de enero de 1995 hubo un terremoto de magnitud 6,8 que devastó Kobe, con profundidad de 46 kilómetros.
Una rápida búsqueda por imágenes en Google de dicho terremoto revela una increíble destrucción de edificios y otras infraestructuras, mientras el terremoto de Fukushima, casi un 40% más intenso en la escala de Ritcher, provocó un tsunami de 30 metros que se estrelló sobre edificios perfectamente sanos y que tomó desprevenida a la población.¿Porqué no hubo daños estructurales previos al tsunami?.Ni una sola estructura se derrumbó.
Una rápida búsqueda por imágenes en Google de dicho terremoto revela una increíble destrucción de edificios y otras infraestructuras, mientras el terremoto de Fukushima, casi un 40% más intenso en la escala de Ritcher, provocó un tsunami de 30 metros que se estrelló sobre edificios perfectamente sanos y que tomó desprevenida a la población.¿Porqué no hubo daños estructurales previos al tsunami?.Ni una sola estructura se derrumbó.
Un terremoto de magnitud 9,0 QUE ADEMÁS FUE 14 KM. MÁS SUPERFICIAL QUE EL DE KOBE ( hemos visto en numerosas ocasiones que tan importante como la intensidad de un terremoto es su superficialidad ) sería unas 100 veces más fuerte que uno de 6,8.
¿Porqué estaban sanos los edificios si previamente había habido un terrible terremoto y porqué la gente que ya había sufrido ese supuesto gigantesco terremoto estaba tan desprevenida con respecto al tsunami?
¿Porqué el terremoto les pareció de magnitud no más preocupante que otros menores ( los pobladores están habituados a ellos pues viven en zona sísmica ) como para no tomar demasiadas precauciones con respecto a la intensidad de un posterior tsunami?.
El informe oficial estableció que entre el terremoto y el tsunami transcurrieron 25 minutos, y el tiempo entre un sismo y un tsunami se puede calcular en base a dónde fue el epicentro. En este caso se informó que se sabía que el mismo había sido a 70 kilómetros.
Jim Stone jura que hizo más que asombrarse ante estas anomalías y analizó los sismógrafos japoneses y que los mismos le demostraron que no registraron ningún terremoto de magnitud 9.0 y ningún epicentro en el mar, y en su lugar, reflejaron tres terremotos simultáneos de mucho menor magnitud, y todos ellos en el interior.
Según su explicación, la explosión del reactor de Fukushima también fue un fraude ya que las paredes de contención eran lo suficientemente gruesas y fuertes para ser destruídas por explosiones de hidrógeno.El informe oficial estableció que entre el terremoto y el tsunami transcurrieron 25 minutos, y el tiempo entre un sismo y un tsunami se puede calcular en base a dónde fue el epicentro. En este caso se informó que se sabía que el mismo había sido a 70 kilómetros.
Jim Stone jura que hizo más que asombrarse ante estas anomalías y analizó los sismógrafos japoneses y que los mismos le demostraron que no registraron ningún terremoto de magnitud 9.0 y ningún epicentro en el mar, y en su lugar, reflejaron tres terremotos simultáneos de mucho menor magnitud, y todos ellos en el interior.
Como una referencia histórica, pone las explosiones de hidrógeno que ocurrieron en la Three Mile Island que no causaron daño estructural y ni siquiera hirieron al personal de la planta.
Además, explica que en el caso del Reactor número cuatro el mismo no tenía combustible el 11/03/11 y por lo tanto estaba no operativo no obstante lo cual estalló y fue destruido completamente como lo fueron los otros reactores ese día ( al respecto, cabe destacar que las autoridades de la planta declararon que acababa de ser reabastecido cuando fueron golpeados por el tsunami y por eso no alcanzaron a registrar el evento en planillas y sistemas, donde figura como vacío ).
Para Stone, la explosión del reactor 4 equivale al "avión" que se estrelló contra el Pentágono el 09/11: una imposibilidad absoluta, una flagrante evidencia irrefutable de ocultamiento y conspiración y la clave de todo su alegato.
Además, explica que en el caso del Reactor número cuatro el mismo no tenía combustible el 11/03/11 y por lo tanto estaba no operativo no obstante lo cual estalló y fue destruido completamente como lo fueron los otros reactores ese día ( al respecto, cabe destacar que las autoridades de la planta declararon que acababa de ser reabastecido cuando fueron golpeados por el tsunami y por eso no alcanzaron a registrar el evento en planillas y sistemas, donde figura como vacío ).
Para Stone, la explosión del reactor 4 equivale al "avión" que se estrelló contra el Pentágono el 09/11: una imposibilidad absoluta, una flagrante evidencia irrefutable de ocultamiento y conspiración y la clave de todo su alegato.
Un reactor que no contiene combustible no puede operar y un reactor no operacional no puede explotar a menos que alguien lo haga explotar, por lo cual deduce que su destrucción sólo pudo haber sido el resultado de una acción de sabotaje.
Respecto a la intervención de Israel en el supuesto ataque, relata que en febrero de 2010, Japón se ofreció a enriquecer uranio a Irán y muy poco tiempo después, una empresa israelí llamada Magna BSP ( considerada una de las principales sospechosas de plantar el virus informático Stuxnet para dañar la planta nucelar iraní ) consiguió un contrato para administrar la seguridad en la planta de Fukushima Daiichi, instalando cámaras de gran tamaño, y estableciendo vínculos de datos en internet con los núcleos del reactor, en una flagrante violación de las regulaciones nucleares internacionales.
También destaca que los doce miembros de ese equipo de seguridad regresaron a Israel justo la semana previa al 11/03/11.
Al desencadenarse la catástrofe, los israelíes públicamente dejaron ver que estaban supervisando los núcleos del reactor a través de sus ilegales enlaces de datos de internet.y a nadie le sorprendió esto ni la empresa recibió ninguna reprimenda nacional o internacional.
Hasta aquí, los datos aportados son empíricamente correctos, aunque las conclusiones están siempre a cargo de Stone: especula con la previa detonación de una bomba atómica en la fosa océanica japonesa para provocar el tsunami, para con éste disimular el empleo de artillería nuclear del tipo cañón instalada en las propias cámaras de seguridad de Fukushima para destruír la planta ( para él, ésa era la razón de su desmesurado tamaño ).y que para ocultar mejor el fraude, a través del virus Stuxnet plantado en la central, continuó distorsionando las lecturas del día de los sensores instalados en el lugar del desastre.
Hasta aquí, los datos aportados son empíricamente correctos, aunque las conclusiones están siempre a cargo de Stone: especula con la previa detonación de una bomba atómica en la fosa océanica japonesa para provocar el tsunami, para con éste disimular el empleo de artillería nuclear del tipo cañón instalada en las propias cámaras de seguridad de Fukushima para destruír la planta ( para él, ésa era la razón de su desmesurado tamaño ).y que para ocultar mejor el fraude, a través del virus Stuxnet plantado en la central, continuó distorsionando las lecturas del día de los sensores instalados en el lugar del desastre.
Stone aseguró que basaba sus conclusiones en evidencia y lógica inexpugnable que cualquiera puede revisar en su trabajo y realizó apariciones en radios que lo apoyaban, hasta que fue encarcelado bajo dudosos cargos, mientras en internet colecciona seguidores y detractores.
Coincidimos plenamente con Stone en lo que respecta a que esta catástrofe emite un hediondo olor a podrido que no es para nada natural, incluyendo el comportamiento posterior de todo el gobierno japonés frente a la catástrofe, una reacción casi opuesta a la que tuvo cuando ocurrió el sismo de Kobe, aunque esto puede deberse simplemente a la diferencia de aptitud entre unos gobernantes y otros.
Coincidimos plenamente con Stone en lo que respecta a que esta catástrofe emite un hediondo olor a podrido que no es para nada natural, incluyendo el comportamiento posterior de todo el gobierno japonés frente a la catástrofe, una reacción casi opuesta a la que tuvo cuando ocurrió el sismo de Kobe, aunque esto puede deberse simplemente a la diferencia de aptitud entre unos gobernantes y otros.
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