“Patterns of Force " fue el episodio Nº 50 de la segunda temporada de la inigualable serie de ciencia ficción Star Trek, y fue puesto al aire el 16 de febrero de 1968.
Escrito por John Meredyth y dirigida por Vicent McEveety, la trama del episodio giraba en torno al descenso de la tripulación del Enterprise a un planeta dominado por un régimen muy similar al nazi.
Debido a que el capítulo contenía uniformes e insignias nazis, y contaba con un personaje que afirmaba que la Alemania nazi fue la "más eficiente sociedad jamás creada", se prohibió su exhibición en Alemania, por lo cual se convirtió en el único de la serie que jamás pudo verse en la televisión pública en dicho país ( sí tuvo una difusión limitada en la red privada en 1996 y estaba también incluída en el lanzamiento de la colección completa de la serie en DVD/Blue Ray que tuvo lugar en 1995 ).
Finalmente, el 4 de noviembre de 2011 ( hace dos días! ) la censura cayó para los alemanes más de 40 años después, y la red pública emitió el mismo por la estación ZDFneo, aunque en horario de protección al menor y con la seria advertencia de que el capítulo no podía ser visto por menores de 16 años (¡!).
Basta con mirar el ingenuo capítulo completo ( que es tan peligroso para mercer censura como un cóctel de frutas ) para hacer una extremadamente seria reflexión: una vez más, estamos viendo aquí un patético caso de “ pongamos presos a los que no estén de acuerdo con la libertad” o “ hagamos esta guerra para terminar con todas las guerras” o “acabemos con el terrorismo mediante terrorismo de estado” o la etiqueta que Usted encuentre más irónica.
En este caso, se censuró con tiranía para evitar que se vea la tiranía y con discriminación propia para disimular el racismo ajeno, sin entender esas huecas, profundamente huecas cabezas, que son ellos los que están pregonando con un ejemplo dictatorial y racista, y que son ellos y sólo ellos quienes hoy día portan esas banderas tan temidas.
Y no nos alegremos demasiado por este hecho puntual de la liberación del Star Trek nazi, pues esas inquietantes e insanas sombras de antiguo linaje continúan con todo su poder intacto y sus creencias aberrantes, enquistadas como gigantescas garrapatas en la piel del poder, succionando la sangre de los espíritus, convencidos de estar predestinados proféticamente a programar los roles sociales, dictar una moral única y encadenar a la humanidad en gigantescas y oscuras ruedas de hámsters.
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