El fenómeno en cuestión recibe el nombre de Transparencia electromagnéticamente inducida (IET), y bajo condiciones correctas ( formas de onda controlables pasando por un grupo de átomos enfriados por rayos láser ), la luz no debería golpear la materia, y por lo tanto la misma se volvería transparente.
Cuando se arroja luz sobre una sustancia, ésta se divide de la siguiente manera: una parte se refleja, una parte se transmite y una parte es absorvida.Eligiendo cuidadosamente el color de la luz y una sustancia lo suficientemente sensible, se puede organizar las cosas para que toda la luz sea absorbida.
El IET puede arrojar ciertas ondas de luz sobre la sustancia para transparentarla, debido a la interacción entre dos campos de luz mediados a través de un tipo de átomo que se encuentra cuánticamente estable conteniendo dos estados fundamentales a la vez.
A través de una cuidadosa preparación, se puede generar un grupo de estos átomos para que al atravesarlos con un campo de luz contraído y con el color adecuado, sea absorbido por ellos, haciendo dividir el estado de excitación de la luz de los mismos en dos
( uno adquiere un nivel de energía ligeramente superior al otro, dependiendo esta diferencia de la intensidad de la luz aplicada ) y eso hace que la absorción no se produzca, por dejar de existir un átomo en estado fundamental para actuar como amortiguador ( por estar dividido energéticamente ), volviéndose ese campo transparente.Una vez interferido el átomo en cuestión, si se apaga la luz, el átomo vuelve automáticamente a emitir su pulso lumínico como si nada hubiera ocurrido.Los átomos emiten luz desde ciertos modos, entre ellos el fotón ( modo que no fue observado por la ciencia clásica porque un átomo está rodeado de un espacio vacío en el cual hay infinitos modos y ninguno de ellos es fotón ): los fotones son bosones, y buscan permanecer juntos, lo cual significa que si un átomo tiene un fotón , es extremadamente más probable que emita luz en modo fotón que en cualquier otro modo existente.
Por otra parte, si colocamos un átomo entre dos espejos, se crea una cavidad óptica que restringe severamente el número de modos a disposición de los átomos. Combinado esto con el hecho de que lo más probable es que el átomo emita como forma de energía lumínica un fotón, se puede realizar una prueba en condiciones de certidumbre.
Sometidos a los espejos, los átomos dentro de la cavidad pueden volver a su estado original o emitir un fotón en la cavidad óptica. La mayoría escoge la primer opción, pero algunos átomos especiales emiten fotones en la frecuencia del campo de control de la luz interferente.
Los fotones, en su recorrido de avance y retroceso permanente, responden como si el campo de luz fuera mucho más fuerte, excitando su energía hasta dividirse, volviéndose transparentes.
Las aplicaciones prácticas que este descubrimiento puede tener por ahora no está establecida, pero con la estructura correcta, IET podría ser combinado directamente con conmutadores ópticos.
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