El tema ya venía siendo investigado desde el año 2006. Diversos estudios realizados recientemente con las tormentas eléctricas y otros fenómenos atmosféricos y una situación casual provocada en el interior de un satélite orbirtal, ya habían confirmado ciertas pistas que seguían los investigadores.
Ahora, uno de esos equipos científicos ha detectado un anillo de antimateria compuesta por antiprotones rodeando la Tierra en su magnetósfera, a varios cientos de kilómetros de distancia.
La investigación ha confirmado que los antiprotones pueden chocar contra las moléculas que componen la atmósfera del planeta creando una lluvia de partículas, muchas de las cuales son atraídas por el campo magnético de nuestro planeta. Posteriormente, al toparse con la materia ordinaria, estas serían destruidas en pequeñas explosiones de energía.
Este descubrimiento puede considerarse potencialmente revolucionario, ya que la antimateria podría ser eventualmente utilizada como combustible para impulsar futuras naves espaciales ( los antiprotones podrían proporcionarle una aceleración extraordinaria ), entre otras muchas aplicaciones que hoy nos parecerían fantásticas.
La primera vez que se detectó antiprotones fue con el satélite Pamela, lanzado en 2006 para estudiar las partículas procedentes del Sol y de más allá del sistema solar.
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