LA PRUEBA VIVIENTE DE QUE LAS APARIENCIAS ENGAÑAN
La fulana es horrible, y sin embargo posee varias de las cualidades más hermosas para nosotros los seres humanos: vive 10 veces más que cualquier ratón, jamás contrae cáncer, y posee un sentido de la organización que le permite desarrollar una estructura social similar a la de las abejas o las hormigas.
Les presentamos a la Rata Topo Lampiña (Heterocephalus glaber) .
Mide entre 10 y 15 centímetros, es de sangre fría y habita madrigueras subterráneas con escasa ventilación, principalmente en Kenia, Somalía y Etiopía.
Tal vez no ejerza ninguna fascinación para tomarla como mascota, pero para los científicos es uno de los seres más atractivos del planeta.
Entre sus múltiples atractivos para los investigadores, se encuentran su insensibilidad tanto al ácido como a la capsaicina, la sustancia que se halla en las guindas y que suele causar una reacción alérgica.
En la revista PLoS Biology, científicos alemanes y americanos explican que los receptores del dolor en la rata topo simplemente no responden al ácido, haciendo de ella un animal único entre los vertebrados. La situación para la capsaicina es ligeramente diferente; los receptores del dolor responden con normalidad pero activan una región diferente del cerebro de la que se activa en los mamíferos «normales» que son sensibles a esta sustancia.
Los investigadores especulan que su hábitat subterráneo al poseer altos niveles de CO2 ( que suelen causar una picazón e irritación en la piel ) podrían haberla insensibilizado contra estas nocivas sustancias para poder afrontar su entorno en mejores condiciones.
Estos descubrimientos han iniciado el desarrollo de nuevos tratamientos para el dolor en los humanos.
Respecto a su longeveidad, la misma ha conducido a otro estudio, esta vez relacionado con el real papel del estrés oxidativo, que hasta ahora era considerado única causa de envejecimiento. ( se produce cuando las moléculas de oxígeno se dividen en átomos de oxígeno únicos llamados radicales libres y se combinan con otros átomos y moléculas para crear especies de oxígeno reactivo (ROS), que dañan el ADN, los lípidos y las proteínas, deteriorando, de ese modo, la función celular normal ).
Al efectuar comparaciones entre ratas topo y ratones se reveló que increíblemente las ratas topo habían sufrido daños oxidativos en sus tejidos mucho peores que sus primos de vida más corta pero sin acusar sus efectos, dejando el mundo patas para arriba a los científicos.
"La rata topo parece el modelo perfecto para dar respuesta al modo en que envejecemos y a la manera de retrasar este proceso», comenta Rochelle Buffenstein del City College de Nueva York, experta en el proceso de envejecimiento y en ratas topo . «Este animal puede que algún día nos dé la clave para prolongar la vida de forma considerable.»
Otro tema que tiene fascinados a los científicos es el comportamiento reproductivo de este animalito subterráneo, único mamífero social conocido que posee una casta especializada para tal fin: en sus colonias la «reina» es la única que puede reproducir, y se encarga de hacer cumplir esta norma empujando agresivamente a sus subordinadas mostrándoles quién tiene el poder.
Lo increíble es que la actitud en sí misma de la monarca parece ser suficiente para volver infértiles al resto de las hembras del grupo, suprimiéndoles el ciclo ovulatorio, e incluso disminuyendo el recuento de esperma en los machos ( la aplicación también resulta efectiva en las hormigas, abejas y en los monos titi, que como primates nos deja muy cerca del entendimiento de la infertilidad humana por estrés ).
Otra teoría para intentar explicar este fenómeno es que la orina de la reina podría contener feromonas especiales que mantendría al resto de las hembras y a la mayoría de los machos estériles ( probablemente, como casi siempre, resulte ser una combinación de ambas cosas ).
Otra característica social de estos sorprendentes dientudos es que excretan y se revuelcan en sus propios sistemas de túneles subterráneos para mantener el olor común identificatorio de la colonia.
La reina tiene vértebras especializadas, lo que la hace más larga que el resto de las hembras. La parte inferior de la espina dorsal se alarga tras su primer o segundo embarazo hasta alcanzar un tercio más de longitud que la de las demás. En cada embarazo da a luz entre 3 y 12 crías. Son sólo entre uno y tres machos los que se aparean con la reina, mientras el resto (entre 20 y 300) adquieren la función de trabajadores.
La rata topo lampiña se alimenta de raíces y tubérculos, causando estragos en los cultivos, y forma parte de la dieta de serpientes, zorros, águilas y otros animales.
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