El muerto se ríe del degollado.
En el país del ciego el tuerto es rey,
y nada escapa a la ley del no hay 2 sin 3.
Los gritos denuncian al silencio por maltrato,
y el dictador reclama humana comprensión por sus actos.
La insolencia exige respeto,
y el desinterés protagonismo.
La prepotencia demanda consideración,
la represión ruega piedad a los palazos,
y la intolerancia predica alegatos de resignación y calma.
Se asombran del reflejo
y no son capaces de reconocerse ante el espejo
Absurdos simulacros de sí mismos.
En el país del ciego el tuerto es rey,
y nada escapa a la ley del no hay 2 sin 3.
Los gritos denuncian al silencio por maltrato,
y el dictador reclama humana comprensión por sus actos.
La insolencia exige respeto,
y el desinterés protagonismo.
La prepotencia demanda consideración,
la represión ruega piedad a los palazos,
y la intolerancia predica alegatos de resignación y calma.
Se asombran del reflejo
y no son capaces de reconocerse ante el espejo
Absurdos simulacros de sí mismos.
Sombras que ya no asombran. Sombras nada más.
(ya lo dijo Ivan Vanko en Iron Man 2: "Humanos traer siempre problema, mejor androides")
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