Esta entrada comenzó con otra intencionalidad. Pero como genialmente lo dijeron las mujeres hasta convertirlo en sentencia, "una cosa lleva a la otra".
Todo comenzó cuando me propuse hacer un análisis de la juventud actual y sus posturas ante la sociedad que reciben o a la que ellos se siente "arrojados".
Pero a medida que iba avanzando en mi borrador, yo mismo me sorprendí al ver que en muchísimos aspectos estaba describiendo una sintomatología global, de la cual los más jóvenes son sólo la parte de la resistencia ( pero esto ya quedó definitivamente para analizarse en otro artículo ).
Todo comenzó cuando me propuse hacer un análisis de la juventud actual y sus posturas ante la sociedad que reciben o a la que ellos se siente "arrojados".
Pero a medida que iba avanzando en mi borrador, yo mismo me sorprendí al ver que en muchísimos aspectos estaba describiendo una sintomatología global, de la cual los más jóvenes son sólo la parte de la resistencia ( pero esto ya quedó definitivamente para analizarse en otro artículo ).
Voy a empezar por el final, al decir que concluí que toda la civilización moderna - una sociedad hedonista y lúdica sin planteo ético, de maternalismo morboso, paternalismo pedófilo y esteticismo decadente - funciona en clave de ironía ( todo lo irónico ha sido serio y grave alguna vez).
Paradójicamente, en un planeta que cada vez se calienta más peligrosamente, las relaciones sociales se van enfriando, luego de trascender todas las alternativas sexuales posibles por saturación, la conversación política por falsedad ideológica, y la mística de la comunicación profunda por inanidad.
Ante este panorama, la civilización se ha volcado hacia la fórmula comunicacional azarosa, indiferente, ligera, casual, correcta sólo en determinado tiempo y espacio, divertida y descomprometida. Sin embargo, bajo esta actitud aparentemente descontracturada se esconde el laconismo defensivo que ya conoce y teme las consecuencias del opuesto del que parecen renegar.
Y es aquí donde aparece un nuevo problema ( para ganar algo, debe perderse algo, el volúmen desalojado equivale al del nuevo elemento introducido ): la superficialidad es sólo solvente en frío.
En este medio frío, los personajes mediáticos ( políticos, artísticos o lo que fueren ) hablan distanciándose de lo que dicen ( que además es nada! ) porque no les conviene comprometerse demasiado con sus propias palabras ya que saben que tendrán que contradecirlas u olvidarlas al día siguiente.Es decir, todos se muestran como no son. Incluso las palabras calientes lo son sólo en lo temperamental pero son frías por lo convencionales.
Todo es una puesta en escena, a punto tal que esa actuación reemplaza directamente la intencionalidad ( un ejemplo interesantísimo se dá en las reuniones multitudinarias, sean conciertos, mitines políticos o cualquier otro evento: la masa tiene sus picos de entusiasmo cuando son apuntados por las cámaras, e incluso ocurre lo mismo con los protagonistas de estas reuniones ).
Se le pone mayor intencionalidad y fuerza al hecho teatral que a la original espontaneidad que en el pasado transformó estos eventos en masivos.
Hoy, un concierto de rock o una pasión revolucionaria pueden ser sólo la escenificación de sí mismos, y la eficacia y la vigencia se relativizan ante la prioridad de auto-testimoniarse.
Por si esto fuera poco, hoy los medios planetarios de la cultura son una individualidad que sólo puede realizarse en multitud, dando orígen a un increíble nuevo engendro: la individualidad colectiva, que pide alimento a un cadáver viviente que es el consumismo globalizado.
2 comentarios:
Bajo! que entrada viejo!!...te pasaste!!!...mostrar lo que NO se es se llama el juego de la fria realidad!!
Me encanto!!
Te amo, Tu Redondita :o)
qe buen comentario
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