Un equipo de la Universidad de Pensylvania cree que la estimulación cerebral profunda es capaz de reducir los deseos de comer y ha desarrollado un inusual tratamiento para la obesidad consistente en una descarga eléctrica al cerebro.
El tratamiento ya está siendo utilizado para ciertos trastornos neurológicos y psiquiátricos, como la enfermedad de Parkison, no destruye ninguna parte del cerebro y normalmente no causa dolor.
El autor del estudio, Dr.Casey Hapern, opina que en los tratamientos habituales contra la obesidad no se aborda adecuadamente la base neural de la compulsión por la comida, especialmente de una región del cerebro llamada núcleo accumbens que se sabe está alterada en roedores y personas que comen compulsivamente.
En pruebas con ratones, el método del Dr.Hapern redujo su deseo de comer y se cree que podría tener el mismo efecto en los humanos.
Se implantó quirúrgicamente en los roedores un electrodo en el núcleo accumbens conectado a un neuroestimulador externo similar a un marcapasos, que disparaba continuos impulsos eléctricos al cerebro.
Se midió luego el consumo diario de alimentos altos en grasa y se observó una reducción significativa en los atracones de comida de alrededor de un 60 %, lo cual se supone relacionado con la estimulación del receptor tipo 3 de la dopamina.
Los resultados serán presentados en la 94° Reunión Anual de la Sociedad de Endocrinología en Houston, EE.UU.
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