La sonda japonesa Hayabusa 2, presentada el 26 de diciembre en el Campus Sagamihara por la empresa JAXA, pretende ser la primera en abrir un cráter en un asteroide disparándole un proyectil, aterrizar sobre él, recoger muestras y traerlas intactas de vuelta a la Tierra en 2020.
La sonda debe rendir aún pruebas de integración entre las interfaces de los dispositivos de a bordo y el bus explorador, como así también el rendimiento de sus paneles solares, y estará listo para su lanzamiento en 2014, estimándose que llegará a su objetivo a mediados de 2018, permaneciendo allí durante un año y medio antes de regresar a la Tierra para fines del 2020.
El asteroide elegido es el 1993 JU3, que se encuentra relativamente cerca de nuestro planeta y que se cree ya chocó contra él hace miles de años.
"Hayabusa2", sucesora de "Hayabusa", que regresó con éxito a la Tierra en junio de 2010, contará, a diferencia de su antecesora de un "dispositivo de colisión" para crear un cráter artificial en el asteroide de unos pocos metros de diámetro bombardeándolo, y así poder obtener muestras frescas menos erosionadas por el ambiente espacial y el calor.
Los minerales y agua de mar que forman la Tierra, así como los materiales biológicos se cree que están fuertemente conectados a la nebulosa primitiva del sistema solar temprano, así que los científicos nipones esperan aclarar el origen de la vida mediante el análisis de muestras obtenidas a partir de un cuerpo celeste primordial como un asteroide de tipo C.
El asteroide elegido es el 1993 JU3, que se encuentra relativamente cerca de nuestro planeta y que se cree ya chocó contra él hace miles de años.
"Hayabusa2", sucesora de "Hayabusa", que regresó con éxito a la Tierra en junio de 2010, contará, a diferencia de su antecesora de un "dispositivo de colisión" para crear un cráter artificial en el asteroide de unos pocos metros de diámetro bombardeándolo, y así poder obtener muestras frescas menos erosionadas por el ambiente espacial y el calor.
Los minerales y agua de mar que forman la Tierra, así como los materiales biológicos se cree que están fuertemente conectados a la nebulosa primitiva del sistema solar temprano, así que los científicos nipones esperan aclarar el origen de la vida mediante el análisis de muestras obtenidas a partir de un cuerpo celeste primordial como un asteroide de tipo C.
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