Los investigadores del MIT, la Universidad de Harvard y el Hospital Infantil de Boston en los Estados Unidos han revelado una nueva técnica que permite colocar sensores electrónicos en el interior de los tejidos humanos.
Para ello han desarrollado un cultivo tridimensional de tejidos celulares en minúsculas mallas de epoxi ( un material poroso y nó tóxico ), que contienen unos sensores diminutos que podrían ser utilizados para implantarse en los nervios cardíaco y el tejido muscular de los pacientes para que crezcan dentro de su propio tejido.
Los sensores están hechos de nanocables de silicio de un diámetro de entre 30 y 80 nanómetros ( unas mil veces más pequeños que un cabello humano ), pueden detectar voltajes menores a una milésima parte de un vatio, y podrían ser utilizados para monitorear la actividad eléctrica en el tejido, los cambios de pH en los vasos sanguíneos y el control de la acción de fármacos en el organismo, pudiendo transmitir señales eléctricas desde y hacia las células cultivadas dentro de la estructura.
Andamiajes de tejidos como éste ya vienen siendo utilizados exitosamente en laboratorio para hacer crecer células e incluso vasos sanguíneos artificiales pero se han limitado a planos bidimensionales, mientras este nuevo trabajo realizado bajo la dirección del Profesor Robert Langer al ser una estrucura 3-D se asemaja mucho más a un tejido real.
Además de significar un importante avance en el tratamiento de enfermedades cardíacas o neurológicas, el control de inflamaciones y otros procesos bioquímicos en implantes o trasplantes, la técnica significa un paso adelante en el camino hacia la creación de un corazón artificial mediante ingeniería tisular.
Para ello han desarrollado un cultivo tridimensional de tejidos celulares en minúsculas mallas de epoxi ( un material poroso y nó tóxico ), que contienen unos sensores diminutos que podrían ser utilizados para implantarse en los nervios cardíaco y el tejido muscular de los pacientes para que crezcan dentro de su propio tejido.
Además de significar un importante avance en el tratamiento de enfermedades cardíacas o neurológicas, el control de inflamaciones y otros procesos bioquímicos en implantes o trasplantes, la técnica significa un paso adelante en el camino hacia la creación de un corazón artificial mediante ingeniería tisular.
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