Inyectando genes de algas sensibles a la luz dentro de virus que funcionan como vehículos de éstas, y colocándolas dentro del cerebro de unos monos, científicos norteamericanos y belgas consiguieron controlar por primera vez su comportamiento empleando luz para activar las células del cerebro de los macacos rhesus.
Una vez instaladas en las neuronas de los simios, los genes producen una proteína que funciona como interruptor celular, apagándola o encendiéndola según la luz que le sea enviada.
Los investigadores lograron manipular grupos muy específicos de neuronas implicadas en el movimiento del ojo, y así "teledirigir" a los monos, logrando modificar su comportamiento por primera vez a través de la optogenética, ciencia que fusiona genética con óptica, sentando las bases para futuros tratamientos nó invasivos contra el párkinson, la epilepsia, el comportamiento obsesivo compulsivo, la depresión y otras enfermedades neurológicas.
Por ahora, la optogenética requiere abrir el cráneo de los monos para inyectar los genes de las algas y también para iluminarlo con un cable de fibra óptica, pero en el futuro proteínas más sensibles a la luz podrían ser activadas con luz infrarroja sin necesidad de cirugía.
El trabajo realizado por el Hospital General de Massachussetts ( EE.UU. ) y la Universidad Católica de Lovaina ( Bélgica ) bajo la dirección de Wim Vanduffel, se ha publicado en Current Biology.
Una vez instaladas en las neuronas de los simios, los genes producen una proteína que funciona como interruptor celular, apagándola o encendiéndola según la luz que le sea enviada.
Los investigadores lograron manipular grupos muy específicos de neuronas implicadas en el movimiento del ojo, y así "teledirigir" a los monos, logrando modificar su comportamiento por primera vez a través de la optogenética, ciencia que fusiona genética con óptica, sentando las bases para futuros tratamientos nó invasivos contra el párkinson, la epilepsia, el comportamiento obsesivo compulsivo, la depresión y otras enfermedades neurológicas.
Por ahora, la optogenética requiere abrir el cráneo de los monos para inyectar los genes de las algas y también para iluminarlo con un cable de fibra óptica, pero en el futuro proteínas más sensibles a la luz podrían ser activadas con luz infrarroja sin necesidad de cirugía.
El trabajo realizado por el Hospital General de Massachussetts ( EE.UU. ) y la Universidad Católica de Lovaina ( Bélgica ) bajo la dirección de Wim Vanduffel, se ha publicado en Current Biology.
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