Dos pacientes británicos que sufrían ceguera total debido a un trastorno ocular genético, Chris James y Robin Millar, recuperaron parcialmente la vista gracias a un ‘ojo electrónico’ implantado por médicos del Hospital Oftalmológico de la Universidad de Oxford y del King's College Hospital de Londres.
Ambos pacientes pueden ahora distinguir los contornos de los objetos y percibir la luz.
Robert MacLaren y Tim Jackson pusieron detrás de la retina de los pacientes un microchip de menos de tres milímetros, elaborado por la compañía alemana Retina Implant, que funciona de la misma manera que un ojo natural y convierte la luz en impulsos eléctricos que el cerebro es capaz de reconocer.
A diferencia de otros implantes similares de retina, en este caso para recuperar la vista no fue necesario la utilización de una cámara externa.
Los dos pacientes tratados habían perdido la vista debido a una enfermedad degenerativa llamada retinitis pigmentosa, y ahora pueden percibir la luz, desde qué dirección viene, reconocer rostros, ver líneas curvas y rectas cercanas con gran nitidez y más difusamente los objetos alejados, pero en parte se debe a que el cerebro debe aprender todavía a interpretar las señales que le son enviadas desde el chip.
Esta retina artificial que, por ahora, no permite ver en colores, tiene una resolución de 1.500 pixeles ofreciendo un campo de visión del tamaño de un estuche para CD sostenido a la distancia de un brazo humano
Esta retina artificial que, por ahora, no permite ver en colores, tiene una resolución de 1.500 pixeles ofreciendo un campo de visión del tamaño de un estuche para CD sostenido a la distancia de un brazo humano
La nueva tecnología se encuentra por ahora en una fase experimental, pero si todos los ensayos son satisfactorios, podría ser utilizada en el futuro para tratar otras formas de ceguera, como la degeneración macular.
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