Todas las bacterias detectadas pueden ser muertas con una cocción adecuada del pollo, por lo cual el organismo sanitario que llevó a cabo la investigación recomendó fuertemente a la población cocinar bien cualquier pieza de ave adquirida en góndolas, y nó lavarlas, ya que se podría salpicar las bacterias en la vaijilla o en la propia pileta de lavado, donde sin duda sobrevivirían ante la ausencia de calor extremo.
Obviamente, el hecho de que la investigación se haya llevado a cabo sólo en Gran Bretaña no implica que el resto del mundo pueda quedarse tranquilo, sinó más bien todo lo contrario, ya que el organismo sanitario inglés cumple estándares sanitarios mucho más estrictos que la mayoría de los países del mundo, donde los porcentajes podrían trepar a niveles superiores a los detectados en el Reino Unido ( en realidad el estudio arrojó en dicho país mejores resultados que un control realizado en 2009 ).
Obviamente, el hecho de que la investigación se haya llevado a cabo sólo en Gran Bretaña no implica que el resto del mundo pueda quedarse tranquilo, sinó más bien todo lo contrario, ya que el organismo sanitario inglés cumple estándares sanitarios mucho más estrictos que la mayoría de los países del mundo, donde los porcentajes podrían trepar a niveles superiores a los detectados en el Reino Unido ( en realidad el estudio arrojó en dicho país mejores resultados que un control realizado en 2009 ).
Además cabe agregar que el estudio se realizó sobre distribuidores mayoristas, y que al llegar los productos a los minoristas la cadena de frío suele no ser respetada convenientemente ( el calor de la simple iluminación que el minorista agrega a sus congeladoras para promover el consumo de los productos ya de por sí desequilibra la cadena de frío, y esto empeora si se le suman los malos funcionamientos de los equipos, cortes de luz y otras vicisitudes ) .
Algunos países han reducido la contaminación por Campylobacteria desinfectando la carne de pollo lavándolos con cloro previamente a su distribución, pero ese método está prohibido en la UE, donde el número de personas con trastornos estomacales se han incrementado un 43% desde la década de 1990.
Algunos países han reducido la contaminación por Campylobacteria desinfectando la carne de pollo lavándolos con cloro previamente a su distribución, pero ese método está prohibido en la UE, donde el número de personas con trastornos estomacales se han incrementado un 43% desde la década de 1990.
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