Según revelan recientes sondeos, la aceptación popular del movimiento neofascista Amanecer Dorado se ha duplicado desde mayo pasado, cuando por vez primera en la historia contemporánea de Grecia sus representantes accedieron a una veintena de escaños en el Parlamento.
Más del 14% de los griegos estaría dispuesto a votar por este partido, calificado de neonazi, el 35% de la policía lo votó en las últimas elecciones, y todas las encuestas demuestran que gana terreno a medida que se agudiza la crísis económica en ese país, pese a ser manifiestamente violentos en sus métodos.
Comúnmente llegan en grupo a un mercado, piden a los trabajadores extranjeros que les muestren la documentación y luego empiezan a destruir los negocios de los comerciantes que no hayan cumplido con sus exigencias, dejando incluso víctimas mortales, pese a lo cual el movimiento no solo no ha sido prohibido, sino que cada vez más ‘coopera’ con las autoridades.
El secreto del éxito son las conexiones que el movimiento siempre ha tenido dentro del aparato estatal, que ha recurrido a su ayuda para reprimir protestas de la izquierda.
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