Un grupo de antropólogos del Instituto de Ciencias de Evolución de Montpellier Francia llegó a la conclusión de que los hombres heterosexuales se sienten más atraídos hacia las mujeres que comparten con ellos algunos rasgos de su aspecto físico, como el color de los ojos o un hoyuelo en la barbilla.
El sondeo pidió a un centenar de participantes seleccionar entre fotos e imágenes construidas por ordenador aquellas que encontraban más seductoras, lo cual reveló que a dos hombres de cada cinco les atrajeron las imágenes de mujeres que compartían con ellos el color de cabello, de la córnea, el espesor de los labios o de las cejas, y la presencia o no de un hoyuelo en la barbilla.
Los investigadores dedujeron que buscaban en el rostro femenino el reflejo de su propia fisionomía, según explican en la revista 'PLOS One'.
Luego observaron a 155 parejas que vivían juntas y tenían al menos un niño como criterio de la firmeza del enlace, y el mismo volvió a establecer un enorme impacto en los lazos sexuales o matrimoniales de la semejanza del aspecto físico y la situación social.
La afinidad en todo funciona mejor que las particularidades o incluso que las perfecciones individuales, aseguró Jeanne Bovet, encargada de este estudio.
El estudio reveló que no ocurría lo mismo con las mujeres, para quienes el aspecto físico no tenía tanta importancia en la elección, predominando en sus elecciones la personalidad y la pertenencia a una determinada clase social.
El sondeo pidió a un centenar de participantes seleccionar entre fotos e imágenes construidas por ordenador aquellas que encontraban más seductoras, lo cual reveló que a dos hombres de cada cinco les atrajeron las imágenes de mujeres que compartían con ellos el color de cabello, de la córnea, el espesor de los labios o de las cejas, y la presencia o no de un hoyuelo en la barbilla.
Los investigadores dedujeron que buscaban en el rostro femenino el reflejo de su propia fisionomía, según explican en la revista 'PLOS One'.
Luego observaron a 155 parejas que vivían juntas y tenían al menos un niño como criterio de la firmeza del enlace, y el mismo volvió a establecer un enorme impacto en los lazos sexuales o matrimoniales de la semejanza del aspecto físico y la situación social.
La afinidad en todo funciona mejor que las particularidades o incluso que las perfecciones individuales, aseguró Jeanne Bovet, encargada de este estudio.
El estudio reveló que no ocurría lo mismo con las mujeres, para quienes el aspecto físico no tenía tanta importancia en la elección, predominando en sus elecciones la personalidad y la pertenencia a una determinada clase social.
1 comentario:
Muy buenoooooo!!!!!!
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