Una súper píldora capaz de frenar el apetito podría ser una realidad en muy poco tiempo, al descubrir un grupo de científicos estadounidenses del Columbia University Medical Center liderados por el profesor Doménico Accili, que el secreto para combatir la obesidad puede estar en el cerebro, en el área del hipotálamo, donde existiría un receptor encargado de controlar la temperatura corporal, la fatiga, la sed y el hambre.
Los resultados de la investigación se publican en la revista Cell, y explica que se estudiaron la insulina y la hormona leptina que habita en la molécula del mencionado receptor y son vitales para el mantenimiento del equilibrio energético del cuerpo.
Exploraron en una cepa de ratones la estimulación del apetito y descubrieron un gen llamado Gpr17, que, al ser inyectado en ratones normales, les incrementaba el apetito y se los disminuía cuando se lo bloqueaba, sin efectos secundarios negativos.
El mismo gen se encuentra en los seres humanos y ya se conocen fármacos a los cuales puede ser sensible, por lo que la simple modificación de los mismos originaría una rápida aparición de un medicamento eficaz.
La píldora en cuestión, que suena demasiado bueno para ser verdad pero que aparentemente lo es, no sólo sería capaz de reducir la cintura, sinó de tratar enfermedades relacionadas con la obesidad, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades del corazón.
Los resultados de la investigación se publican en la revista Cell, y explica que se estudiaron la insulina y la hormona leptina que habita en la molécula del mencionado receptor y son vitales para el mantenimiento del equilibrio energético del cuerpo.
Exploraron en una cepa de ratones la estimulación del apetito y descubrieron un gen llamado Gpr17, que, al ser inyectado en ratones normales, les incrementaba el apetito y se los disminuía cuando se lo bloqueaba, sin efectos secundarios negativos.
El mismo gen se encuentra en los seres humanos y ya se conocen fármacos a los cuales puede ser sensible, por lo que la simple modificación de los mismos originaría una rápida aparición de un medicamento eficaz.
La píldora en cuestión, que suena demasiado bueno para ser verdad pero que aparentemente lo es, no sólo sería capaz de reducir la cintura, sinó de tratar enfermedades relacionadas con la obesidad, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades del corazón.
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